Sarah Russo

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Mackenzie Foy como Sarah Russo

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Mackenzie Foy como Sarah Russo

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Harry Kirton como Finn Shelby




Sofía corrió por el descampado seguida por cuatro hombres que intentaban atraparla, uno de ellos, su padre. Consiguió escapar hasta Wimereux donde se subió de polizón al primer barco que zarpaba ese día, se escondió entre las cajas y espero a que aquel viaje llegara a destino.

No sabía cuanto tiempo había pasado allí dentro pero en cuanto se escabullo de aquel lugar, volvió a esconderse en unas camionetas para así alejarse lo más que pudiera de la costa y perderse lo más que pudiera en aquel país.

Con apenas ocho años había atravesado por tantos tormentos, luego de la muerte de su madre, la vida con su progenitor se había vuelto imposible. El nuevo trabajo de su padre mezclado con el dolor de haber perdido a su esposa lo habían convertido en un hombre intolerable y violento.

Se encontró escondida en un depósito repleto de cajasque en su interior contenían cigarrillos y whisky, también habían ratas tan enormes como gatos, olor a excremento y humedad. La niña estaba tan exhausta que se acurruco sobre algunas maderas hasta que cayó en un profundo sueño.

Despertó asustada al oír las puertas abrirse con violencia junto a las voces de hombres. Se escondió entre las sombras con el corazón a punto de explotarle, vio como cargaban las cajas a las camionetas y se alejaban por el camino.

Necesitaba salir de allí para conseguir comida o moriría de hambre, siguió el sendero de barro hasta un viejo astillero donde las mismas camionetas que había visto en el depósito estaban estacionadas allí, se acuclillo detrás de una especie de caballeriza donde un hermoso caballo negro bebía agua de un bebedero de madera oscura, el animal pareció advertir su presencia y alzó la vista un momento, relincho molesto para luego alejarse un poco sin darle mucha atención a lo que hacia.

— ¿Y tu quien eres? — Sofía volteo asustada, observo al niño frente a ella con sus ojos bien abiertos e intento correr.

El pequeño la detuvo con algo de fuerza lanzándola al suelo contra el barro.

— Pregunte que quien eres. — exclamó entre dientes.
Parpadeo en silencio mientras el niño fruncía el ceño impaciente.

— ¿Eres muda o que? — cuestionó molesto.

— Lo siento. — murmuro con su ligero acento francés.

— ¿Eres francesa? ¿Qué haces aquí? — continuó su interrogatorio.

— Solo buscaba algo de comer. — explicó sonrojada.

— Soy Finn. ¿Cómo te llamas? — miro a la niña aún confundido.

— Sarah Russo. — mintió.

Finn ayudó a la pequeña a levantarse del suelo observando su aspecto desaliñado, la llevó con el hacia la casa de apuestas y a hurtadillas se colaron en la cocina robando un pedazo de pan.

Cuando se sentó en el sofá, el agujero de su pantalón dejó entrever una mancha amarronada en el muslo externo, Finn lo observo intrigado y antes de que pudiera decir algo, Sarah se cubrió asustada. No quería que nadie la descubriera y, aunque se encontraba a miles de kilómetros de su padre, no podía confiarse de nada.

Ambos se sobre saltaron al oír la puerta abrirse, Finn intentó esconder el diminuto cuerpo de la niña pero fue inútil, Thomas los observo con detenimiento y aclaro su garganta algo confundido.

— ¿Qué te he dicho de traer desconocidos a la casa? — cuestionó el mayor con su ceño fruncido.

— No es una desconocida, es Sarah Russo. — contestó el niño con Inocencia. — Es mi amiga.

— Una amiga que nunca había visto en mi vida. — lo reprendió observando a la pequeña. — ¿Donde vives, niña?

La pequeña estaba aterrada de aquel hombre frente a ella, bajo la mirada al suelo y enredo sus dedos entre ellos fijando toda su atención allí.

— Te estoy hablando, niña. — sentenció Thomas alzando el delicado y sucio rostro de Sarah con dos dedos.

— No tengo casa. — murmuro.

Thomas la miro por un momento sintiendo lastima por la pequeña, si había algo que ablandaba su corazón eran los niños, tal vez por que se veía a él mismo cuando era solo un crío. Shelby asintió en silencio notando el acento francés de Sarah, frunció su ceño mientras pensaba de donde Diablos habrá salido esta niña pero se vio rendido ante la dulce mirada de esta.

— Yo estuve en Francia una vez. — comentó al pasar. — Es un lindo país.

— Es una mierda. — exclamó la niña sorprendiendo a Thomas.

Shelby soltó una carcajada y miro a Finn junto a él.

— Me agrada esta niña. — le dijo a su hermano. — Escucha Finn, habla con Polly, dile que le de algo de ropa y un baño. Luego hablaremos.

Peaky Blinders One ShotWhere stories live. Discover now