Carta para Lenna

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Tomó la carta entre sus manos, temerosa de las palabras allí escritas, el corazón palpitaba con rapidez dentro de su pecho y las lágrimas le inundaban los ojos cristalizando la imagen frente a ella

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Tomó la carta entre sus manos, temerosa de las palabras allí escritas, el corazón palpitaba con rapidez dentro de su pecho y las lágrimas le inundaban los ojos cristalizando la imagen frente a ella. Con las manos temblando, abrió el sobre blanco con su nombre escrito a mano, la letra de Thomas era pulcra y prolija, tan hermosa como lo era él.

Inspiró tomando coraje mientras se sentaba en el sofá que habían comprado juntos el día que él le regalo aquella casa alejada de Birmingham y de todo lo malo que el negocio familiar traía.


“Querida Lenna:
Es difícil escribir esto ahora, se que no mereces solo una carta, se que todo será difícil pero es la única forma que encontré de hacer esto. Como el cobarde que soy, se que no tendría la valentía de decirte todo a la cara sin derretirme entre tus brazos ante la primera lágrima… “

Se detuvo para soltar un sollozo, cubrió su boca con una mano intentado controlar los sentimientos que se acumulaban dentro de su vientre, suspiro antes de limpiar sus mejillas para volver a tomar las hojas blancas repletas de palabras que sabía la iban a lastimar.


Thomas se había alejado hacia varias semanas. Mentía sobre reuniones, que ella sabía no eran verdad, buscaba excusas para llegar a la casa después de que ella se dormía y cuando despertaba, él nunca estaba a su lado. Al principio, ella pretendía que nada sucedía, que era el trabajo lo que lo tenía así pero en su interior lo sabía. Sabía que Thomas se le estaba escapando entre las manos, que el amor que sentía no era tan fuerte como para aferrarlo a su lado y cuando él dejó de volver a su casa, supo que algo no estaba bien.



“… y es verdad, créeme, aunque suene estúpido decirlo ahora, te amo Lenna y es la pura verdad. Pero también es verdad que me he reencontrado con Grace."



El nudo que presionaba con fuerza en su vientre subió hasta su garganta y apretaba tanto que dolía, creyó que la presión en su cabeza haría que esta estallara en mil pedazos esparciendo sangre y pedazos de su cerebro por toda la pared, por que a decir verdad eso dolería menos que todo lo que estaba sintiendo en este momento. Sería una muerte rápida, tal vez hasta podría decirse que piadosa, mucha más piadosa que esta maldita carta entre sus manos.



“Se que suena estúpido pedirte perdón, pero de verdad lo siento, siento dejarte así sin más. Siento haberte hecho pasar por todo este jodido infierno, Lenna, lo siento.
Grace me ha dado la noticia más importante del jodido mundo, ella está abrazada Lenna, tendrá un hijo mío.”


La respiración de Lenna se volvió superficial en cuanto leyó aquellas palabras, el golpe en su vientre fue tan real que tuvo que inclinarse hacia el frente apretando con fuerza aquel lugar que dolía, era tan real. Ya no aguantaba las lágrimas que pronto comenzaron a caer por sus mejillas siguiendo el camino hasta la tela de su vestido, se sentó tan erguida que podría romperse al medio del solo tocarla y continuó su lectura.



No te mereces nada de esto, cielo. No te merezco, pero aún así, no podría hacerte frente en este momento, por que si me pidieras que no te dejara, podría mandar todo al carajo y quedarme contigo, pero también se que no te perdonarías a ti misma el dejar un pequeño sin padre.

Te pido que no me busques, Lenna, por favor no lo hagas. No podría verte llorar sin abrazarte y besarte hasta hacerte olvidar todo lo malo que te he hecho, te juro que no tendría la fuerza de alejarme teniéndote tan cerca. Se que entiendes que mi hijo me necesita, él me necesita, Lenna.”


Ella suspiro apretando el papel entre sus manos, arrugándolo con fuerza, debatiéndose en su interior el comprender las palabras de Thomas o volverse irascible e irracional y correr en busca del amor de su vida para refugiarse entre sus brazos del dolor que él mismo le está causando, por que tenerlo cerca era menos doloroso que mantenerse alejada de él.


“Te amo Lenna, nunca dudes de eso. Tu puesto en la compañía Hermanos Shelby esta asegurado si aún lo quieres, la casa es tuya, haz lo que quieras con ella y tendrás disponible un fondo para ti, Polly se encargó de eso. Ella te ayudará en todo lo que necesites, te cuidaremos bien…”



La ira comenzó a crecer en su interior, ella no quería nada de eso, no quería dinero ni propiedades, solo lo quería a él. Se levantó del sofá completamente indignada por lo que leía, camino de un lado al otro de la habitación antes de encender un cigarrillo, miro una vez más la carta entre sus manos y soltó una maldición antes de continuar leyendo.


“… por que eres una de las cosas más importantes en mi vida, Lenna.
Se que debes estar molesta ahora, pero también se que cuando te serenes y releas esta carta comprenderás mis palabras y mis acciones. No lo olvides, cielo, te amo.

   Siempre tuyo, Thomas Shelby.”


El labio inferior le temblaba, se dejó caer en el sofá mientras sollozaba sin control llena de dolor, cubrió su rostro con ambas manos dejándose ir en llantos mientras arrugaba él papel entre sus manos. El dolor se convirtió en rabia en un parpadeo, apretó el cenicero de cristal con tanta fuerza que la piel se le volvió blanca y lo estrelló contra el espejo colgado en la pared, el estallido lazo cristales hacia todos lados. Volteó el sofá y lanzo los cojines, lanzo jarrones destruyendo todo su alrededor, como si así su rabia pudiera menguar de alguna forma.


Dos golpes a su puerta la detuvieron de su accionar, se apuro esperanzada de que Thomas hubiera cambiado de opinión, corrió hasta la abertura y abrió de par en par pero en su lugar encontró el rostro amable y empático de Polly al otro lado. La mujer la abrazo con fuerza y ella hundió el rostro contra su hombros mientras soltaba sollozos mezclados con maldiciones, Polly solo acarició su espalda hasta que Lenna se contuvo y sonrió con tristeza.


— Tomemos té. —exclamó.

Peaky Blinders One ShotWhere stories live. Discover now