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Jessica Chastain como Liv Clarke.
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Cillian Murphy como Thomas Shelby.
El viento revolvía su cabello a medida que avanzaba por la calle algo abarrotada de personas mientras se dirigía a su pequeño estudio de arte en el centro de Small Heath con una imagen en la cabeza, había soñado con una pradera de pastos verdes tan vibrantes y suaves al tacto que se cortaba al horizonte por la línea azul del agua del mar. A lo lejos podía verse las ruinas de lo que alguna vez había sido un imponente castillo medieval, los ladrillos de las torres destruidas caían a un lado formando pequeñas montañas amontonadas con el tiempo, en el cielo celeste se dibujaban hermosas nubes blancas que se desplazaban con lentitud empujadas por el viento.
Lo único que podía oírse eran las olas rompiendo contra las rocas debajo del acantilado, el viento soplando contra su cuerpo, el canto de los pájaros posados sobre el único árbol que se veía alrededor y el ruido del movimiento de esas mismas hojas chocando una con otra.
Emocionada por plasmar aquella imagen vívida en su mente en un lienzo, apuro su paso al estudio y abrió la puerta con algo de torpeza. Encendió las luces para encontrarse con el horror frente a ella, los cuadros colgados de las paredes habían sido cortados varias veces con saña, los lienzos que aún no había terminado se encontraban desparramados por el suelo sucios y pisoteados con marcas de botas en ellos, las pinturas habían manchado la mayoría.
Se dejó caer al suelo de rodillas con lágrimas en los ojos, la tela del vestido se lleno de pintura verde, azul, amarilla y negra, sus manos también se pintaron con ella. El trabajo de toda su vida había sido arruinado con tanta maldad que le dolía, ¿Por que alguien se metería con ella? No tenía problemas con nadie y solía ser amable con todos.
Las botas resonaban contra la madera del suelo, Liv alzó su mirada triste y cristalina a Thomas y sollozo aún más, él la envolvió entre sus brazos apretando la contra su pecho mientras ella lloraba. Thomas nunca había sentido tanto miedo como cuando recibió la nota escrita a mano por los italianos donde daban a entender que le harían daño a Liv, corrió con tanta rapidez que aún seguía sin recuperar el aliento cuando entró al estudio y se dejó caer de rodillas junto a su amada para abrazarla. Ella sintió que era para confortarla pero la realidad era que él necesitaba sentirla, saber que estaba bien, que no había sido dañada más allá de lo material y cuando por fin la arrullo entre sus brazos se sintió tranquilo.
