Capítulo 5

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Máximo.

Después de Bahrain regresamos a Italia por el trabajo de Rafaella, también porque mis hijos asisten a la escuela y por las famosas reuniones de fin de semana que se realizan en mi casa.

Hoy han venido todos los hijos de puta a joder, el Costa ha sido el primero en aparecer con sus dos mocosos y la oxigenada, luego ha hecho su entrada triunfal el vendito hermano con sus demonios y la pobretona, del Novikov ni que decir, ese no desaprovecha ningún segundo para apersonarse a mi casa como si lo necesitáramos para vivir y la cereza del pastel es el Durant con su mujer y las chillonas.

Todos vienen a darse los grandes banquetes a mi casa. Estoy a nada de decirle a Rafaella que abramos un restaurante en la puerta de nuestra casa. Digo...como le damos de comer a tanto moribundo.

Aun no logro acostumbrarme a la presencia de todos y mucho menos a que absorban a mi mujer tanto, que cuando tenemos visitas multitudinarias no regresa ni a mirarme.

Gente de mierda.

El único mérito que les doy es que ninguno dejo sola a Rafaella durante el tiempo que yo no estuve, por el contrario, todos estuvieron en primera fila mostrándole su apoyo y brindándole la firmeza de la que carecía en ese momento.

Creo que la pelinegra no tenía fuerzas ni para respirar.

Digamos que en mis momentos de recuperación me senté a ver todos los videos de seguridad de los cinco meses en los que estuve en coma y vi una realidad que nadie se atrevió a mencionar.

Absolutamente nadie me informo sobre los colapsos emocionales y físicos que tuvo mi mujer, verla en esas condiciones fue realmente desesperante, sentía que la garganta se me cerraba y mi mente se apagaba por extensos minutos, sufría día con día, su dolor se reflejaba en cada paso que daba y en como dormía aferrada a mi almohada, llorando hasta que el sueño la tomaba. Ella nunca lo menciona, de todo lo que me comento fue lo que decidió saltarse, es como un secreto que todos decidieron guardar y que hasta hoy mantienen.

Pero a mí no se me olvida y creo que es algo que se ha quedado refundido en mi memoria, parece que lo estuviese viendo ahora mismo.

Rafaella llorando todo el tiempo.

Rafaella sin poder dormir.

Rafaella acariciando su vientre.

Rafaella siempre a mi lado.

Rafaella hablándoles de mí a mis hijos.

Rafaella todo el tiempo pálida.

Rafaella arrastrando los pies por toda la casa.

Rafaella todo el tiempo ida y con la mirada perdida.

Rafaella mirando a cada nada nuestro video donde estábamos bañando a Erebo, escuchando mi risa, una y otra vez.

Rafaella sin ir a trabajar.

Rafaella teniendo vómitos todo el tiempo.

Rafaella sin tomar café.

Rafaella corriendo desesperada cuando escucho la maquina pitar.

Rafaella devastada mientras su mejor amigo la sostenía.

Rafaella desgarrándose la garganta por los gritos que daba.

El amor que siento por ella no me cabe en el pecho. La admiro por ser la mujer que es y porque soy digno de tenerla a mi lado.

La tormenta dice que su puerto seguro son su familia y yo, pero para mí lo es ella, no existirá nada después de ella, así como tampoco existió nada antes de ella, porque yo solo era un hueco oscuro y vacío, que ella me lleno, cerrando todas las grietas que habían, completándome, dándome un valor diferente, ya no del rey supremo, sino de ser el centro de su mundo. Ella me dio la vida que tengo ahora, una vida donde soy feliz.

DINASTÍAWhere stories live. Discover now