Capítulo 20

16.9K 923 43
                                    

Rafaella.

La noche ha sido un puto desastre, no he podido dormir y aunque estamos peleados sabemos que delante de nuestros hijos hay que aparentar, estamos durmiendo en la misma habitación, yo en el sofá/cama y el en nuestra cama ya que por el tamaño ni jugando entraría donde yo he pasado la noche.

Ni siquiera quiero tomar desayuno, solo escapo de mi propia casa y corro a refugiarme en la oficina.

Verónica llega para la primera reunión de la semana.

-¿Por qué tienes esa cara?-repara en mi aspecto de buenas a primeras.

-No he pasado buena noche. ¿Puedes conseguirme una pastilla para el dolor de cabeza?

-¿Quieres que le diga al médico que suba a revisarte?

-No. Estoy bien.

-No parece, Rafaella.

-Solo consígueme la pastilla que te estoy pidiendo y otra para dormir.

-¿Dormirás aquí?

-Sí, dormiré para recuperarme y poder irme a casa antes del almuerzo.-tengo miedo de que salga a algún lado y deje a nuestros hijos almorzando solos.

Sale de mi oficina y yo me dejo caer sobre el escritorio. Estos días están acabando conmigo y con las pocas fuerzas que me quedan para suplicar un poco de atención o cariño de su parte.

No he llorado pero me muero por hacerlo. Es una necesidad que crece en mi interior de manera abrumadora.

Regresa con un vaso de agua y las dos pastillas que le pedí.

Me tomo la del dolor primero y luego la que me permitirá recuperar el sueño perdido.

-Empieza.-le pido cuando termino de tomarme el vaso de agua.

-El cargamento ya fue entregado en Alemania.-esa es una buena noticia.

-¿Hoy tenemos reunión?-cuestiono rogando que diga que no.

-Si.-acaba con mis esperanzas.-La había programado para la mañana pero mejor la muevo para antes de la hora de comer.

-A esa hora está perfecto. Que sea corta, mínimo unos diez minutos.

-Muy bien.-se pone de pie.-Ahora descansa.

Recuesto mi rostro sobre el escritorio y tomo entre mis manos un adorno que tengo sobre la mesa, son dos bolitas de metal, me pongo a jugar con ellas hasta que me quedo completamente dormida.

Siento como me remueven con fuerza.

-¡Ay! Me duele.-le digo de mala gana.

-Estoy gritando desde hace rato. Esa pastilla duerme a un caballo.

-No podías dejarme dormir un poco más.

-Considerando que quedan quince minutos para el almuerzo no sabía si dejarte hasta mañana.

-Deja la estupidez.-le digo rodando los ojos.-Voy al baño y me reúno con ustedes.

Camino adormecida hasta el baño, me lavo los dientes y el rostro para verme un poco decente y no dar la impresión de que estoy jodida por dentro.

Camino sobre mis stilettos procurando no derrumbarme.

-Buenas tardes.-saludo apenas ingreso.

-Buenas tardes jefa.

-Empiecen ya que me tengo que ir.

Omar se mueve haciendo una presentación más que espectacular. Así si me agrada tenerlos en mi empresa. Termina y le aplaudo emocionada.

DINASTÍAWhere stories live. Discover now