Rafaella.
Confieso que me asuste un poco cuando lo vi llorar, nunca ha llorado por mí, también me recibió con brownies, estaban deliciosos.
-Rafaella.-golpea mi puerta.-Abre, preciosa...No me siento bien.
Me pongo de pie de inmediato y camino un poco desconfiada.
-¿Qué pasa?-interrogo detrás de la puerta.
-No sé qué me pasa. Ayúdame.
-¿Estas bromeando verdad?
-No puedo respirar.-se le entrecorta la voz.
Abro la puerta de inmediato y avanzo precipitada a sujetarlo antes de que caiga al suelo.
Sostengo su cabeza para que no se golpee contra el piso.
-¡Máximo!-me desespero palmeándole el rostro.-¡Abre los ojos, joder!
¡¿Qué le está pasando?!
-¡Gregori!-grito muy asustada.-¡Gregori!
Después de lo que parece una eternidad sube corriendo.
-¡Ayúdame!
-¿Qué le pasó?-se preocupa tirándose al suelo.
-Se desmayó.
-Ah.-la preocupación que tenía se desvanece.-Eso es porque no quiere comer. Es tan animal que cierra su cabeza a un punto sin retorno.
-Hay que llevarlo a la cama.
-Déjalo ahí.-suelta con desprecio.-Que aprenda a comer, ya no es un niño chiquito. No estamos en medio oriente donde hay que hacer ayuno obligatorio. Estoy seguro que hasta ellos se sorprenderán con la resistencia que tiene este hijo de puta.
-¿Pero qué dices? No lo podemos dejar aquí.-saca el intercomunicador que lleva en el cinto del pantalón.
-Adam, sube al segundo piso de la casa que hay que mover un estorbo.
-¡Oye! No le llames así.-rueda los ojos y con su pie lo patea despacio. De un manotazo le apartó la pierna.
-No sé quién es más imbécil, si tú o el.-le digo.
-Ahí vamos, es una competencia constante.-me río por las cosas que dice.
Adam sube las escaleras y se apresura a nosotros.
-¿Qué le pasó al señor?
-Resulta que ahora hay que darle de comer en la boca porque si por el fuese no traga nunca.
-Tenemos que llevarlo a la cama.-le ordeno.
-Encárgate.-retrocede para irse.
-¡Gregori!
-¡Ya voy joder! ¡Ya voy!
Es difícil cargar a un hombre de casi dos metros con un cuerpo musculoso, sufren mucho al momento de hacerlo pero lo consiguen, a duras penas lo colocan en la cama, acomodándolo como pueden.
-¡Elena!-la llamo mientras le coloco una almohada debajo de su cabeza.
Qué bueno que a los niños le pusimos paredes donde no atraviesa el sonido.
-¿Señora?
Desliza su mirada por el ser inerte que yace sobre la cama.
-Súbele algo de desayuno, en cantidades grandes.
-Ahorita mismo le traigo.-se retira apresurada.
Camino en busca del botiquín y regreso colocándole un poco de algodón con alcohol en la nariz. Logro percibir que en los últimos días se ha bajado de peso.
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DINASTÍA
Teen Fiction«SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA TORMENTA Y OSCURIDAD» Máximo Kuznetsov el rey de la mafia Rusa y Rafaella Riccardi la reina de la mafia Italiana unieron sus vidas para siempre creando una dinastía digna de su legado. Una historia llena de pasión, sangre y...