Capítulo 28

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Máximo.

La mujer que tengo al lado se remueve intentando escapar del agarre en el que la tengo envuelta, la faena de ayer estuvo increíble, me sigue engrandeciendo la forma en la que se entrega a mí y cada vez que la escucho decirme un "Te amo" regreso a la vida, con una sensación constante de calor en el pecho.

Trata de deshacer el agarre fuerte que tengo en su espalda baja.

-¡Jesús, no me puede tener de prisionera aun cuando duerme!-susurra bajito, llena de furia.

Sonrió con los ojos cerrados cuando la escucho renegar.

-Quédate quieta.-la abrazo más contra mí.

-Máximo, tenemos que levantarnos.-golpea mi pecho.-¡Abre los putos ojos!

-Déjame dormir un poco más.-acomodo su cabeza en el centro de mi pecho.

-Tenemos actividad de la escuela. Renzo te ofreció como jugador de futbol, ¿Lo olvidas?

-Era una broma.

-No, cariño, no es una broma, estas en la lista oficial de padres que jugaran.-abro los ojos mirándola con atención.

-¿Bromeas, verdad?

Niega.

-Ese hijo de puta...

-Arriba grandulón que tenemos que irnos ya para llegar a tiempo.-se suelta poniéndose de pie, colocándose una camiseta.

-¡No tengo ropa de futbol acá! Toda esta en Rusia.

Uno de mis deportes favoritos aparte del ajedrez es el futbol, solíamos jugar en Rusia cuando vivíamos allá y aun lo hacemos, con los hombres del Cirius conformamos equipos de 6 contra 6 y apostamos grandes sumas de dinero. Casi siempre ganamos, somos bastante buenos.

-Renzo ya se encargó de eso.

-¡Ni siquiera forma parte de los padres del colegio!

-¡Él puede inmiscuirse en la escuela cada vez que pueda ya que el dueño no lo hace!

-¡Porque no tengo tiempo!

Cuando mis hijos cumplieron un año, empecé a preguntarme donde iban a estudiar, al no encontrar una respuesta clara me decidí a crear un colegio con un estatus social de elite, el Imperial College. No hay nada parecido en Roma, debido a eso grandes empresarios y políticos tienen a sus hijos estudiando ahí.

Renzo se encargó de la estructura y casi siempre mete sus narices en ese proyecto, a tal punto que ha abierto una sede en Suiza donde funciona como un internado de nivel.

-Bueno las camisetas están bonitas...Puedes verlas en mi teléfono.-señala en dirección al velador antes de meterse al baño.

Tomo el móvil desbloqueándolo y abriendo el chat que tiene mi mujer con mi mejor amigo.

Deslizo hasta encontrar las fotos.

Las camisetas son negras con una corona en la espalda y el nombre en la parte superior.

Una tiene su nombre.

-¡¿El también jugara?!

-¡Si, eso dijo!

-¡Pero si no es padre!

-¡Déjalo, si él se quiere divertir está bien!

Eso lo dice porque no nos ha visto jugar, para nosotros nada es divertido cuando jugamos futbol, nos lo tomamos muy enserio, las faltas van y vienen porque ninguno quiere perder. El Novikov y yo hemos llegado al punto de hasta casi quebrarnos las piernas porque barremos a todo el que se nos cruza.

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