Capítulo 47

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Rafaella.

El velorio de Dafne se llevó a cabo por la mañana, donde la organización le rindió tributo y honor a la flamante ex reina de toda Rusia. 

Las cenizas de la esposa de Adriano descansan en un cofre de diamantes, mandado a hacer especialmente para ella, en medio está rotulado su nombre con oro blanco: "Dafne Kuznetsova Petrova" y a su alrededor se encuentran miles de girasoles.

La familia se mantuvo serena, mostrando una tranquilidad que por segundos asemejaba un escaso dolor.

Máximo no mostro ni un sesgo de fragilidad, su cara al problema era verse impoluto a cualquier sentimiento y lo logro, la frialdad que emanaba su rostro y todo su cuerpo se asemejaba al clima más frío nunca antes visto en Moscú. Los lentes de sol ocultaban sus ojos negros que no habían tenido descanso hasta el momento en que su abuela dejo el plano terrenal.

Después del suceso se ha negado rotundamente a dormir y solo se ha dedicado a trabajar arduamente. También ha llorado pero solo en algunos momentos en los que se permite ser débil. Generalmente en nuestra intimidad, cuando puedo estar para abrazarlo y sostenerlo.

Él sabe que yo nunca lo dejaría caer. Nosotros nos sostenemos mutuamente. Cuando uno está débil siempre tiene a su disposición los cimientos del otro para apoyarse.

Después de la ceremonia de cremación se nos invitó compartir en familia y con los más allegados en una mansión aparte que compartían los esposos Kuznetsov Petrov.

Adriano, Fabio, Pierre y Renzo se encuentran dispersos charlando con personas importantes y sobresalientes dentro del Cirius en el jardín, pero Máximo no, él se ha alejado de todos y se mantiene dentro de la casa con la mirada perdida en el fuego que emana la chimenea que ha estado encendida desde antes de nuestra llegada.

Un pequeño niño de ojos negros y cabello oscuros nos mira a la distancia, sin acercarse, lleva haciendo eso durante toda la mañana pero hasta ese entonces se mantenía escondido detrás de su padre al que no puedo evitar mirar mal. Lo siento, no puedo fingir que lo adoro, en la cara se me nota cuan mal me cae.

Esta mañana recién me he enterado que Pierre Kuznetsov tiene un hijo de 7 años que se ve muy adorable. Es difícil para mí procesar que un niño tan hermoso haya sido procreado por alguien como él.

El persistir con sus miradas ha despertado la curiosidad de mis hijos pero también el recelo por saber de quién se trata, pero no se han acercado, los dos se mantienen juntos. Cuando me preguntaron quién era no supe qué decirles porque no conozco su nombre.

También he podido percatarme de que Fabio y Pierre no le quitan la mirada de encima a mi esposo, su atención y concentración inicia y termina en el pelinegro. Me pregunto si siempre ha tenido este tipo de atención y él no se ha percatado jamás. Es muy notorio que tienen una fijación por el menor de su familia. Es como si lo cuidaran desde la distancia.

-Rafaella.-me llama Rose, haciéndome regresar a mirarla.

-¿Qué quieres ahora?-pregunto irritada.

La pequeña llorona hoy ha roto récord, Dios santo, ha llorado toda la maldita mañana.

-Ayúdame a prepararle la leche a Brescia, por favor.

La mocosa llora como nadie, lo juro, grita y patalea de una forma única.

-Pásame el biberón.-indico rodando los ojos.

Me lo entrega y me apresuró hacia la cocina para prepararle la leche lo más rápido que pueda.

Casi es un reto hacerlo a la velocidad de la luz, tratando de lograr que se tranquilice.

Enciendo el hervidor para tener agua caliente con la que disolver la fórmula.

DINASTÍAWhere stories live. Discover now