EXTRA: El día llegó.

20.6K 1K 92
                                    

EXTRA: El día llegó.

Rafaella.

Me levanto al baño con mucho cuidado porque me da miedo irme de cara con la tremenda panza que tengo en la actualidad.

Abro la puerta tratando de no hacer ruido para poder orinar, últimamente lo hago mucho, a cada instante me da ganas de orinar, también debe ser porque bebo mucho líquido.

Cuando terminó me lavo las manos y me dirijo a mi cama.

Mi cuerpo se paraliza junto con mi cerebro cuando un líquido caliente empapa mis muslos. Palpo la zona y luego retiro mi mano para comprobar que no sea sangre. «No lo es». Dios mío.

-¡Máximo!-grito tratando de despertarlo.-¡Máximo, levántate!

Se remueve con pesadez.

-¿Que sucede?-articula muy ronco.

Con pereza trata de incorporarse.

Miro el reloj: 3:40 de la madrugada.

-He roto fuente.-digo titubeante.

-¿Qué?-abre los ojos con temor.-¿Ya van a nacer? ¿Justo ahora?

-Sí, mi amor.-finjo mantener la compostura.-Ayúdame porque si doy un paso más resbalare.

Se apresura, poniéndose en pie y aproximándose hacia mí.

Me toma de la mano y apoya su brazo en la parte baja de mi espada para evitar que caiga.

-Con cuidado.-me ayuda a sentarme sobre la cama.

-Tenemos que ir a la clínica.-le informo cuando veo que se queda parado como una estatua. «Está muy nervioso».-Ve a cambiarte y trae el maletín donde están las cosas de los bebés.

Aunque trate de disimular que tengo el control, estoy nerviosa, creo que será algo tranquilo, he leído que hay partos que son sin dolor, donde los bebes salen sin hacer ningún esfuerzo.

Espero ser seré una de las afortunadas.

Máximo regresa cambiado y con todo lo que le pedí. Su apariencia ha cambiado, esta blanco como un papel.

Deja caer en el piso unas pantuflas para que pueda ponérmelas.

Me sujeta de la mano y me ayuda a bajar las escaleras hasta el primer piso, para luego subirnos al ascensor y llegar al estacionamiento.

-No me subiré en el Bugatti.-me impongo cuando desliza hacia arriba la puerta del precioso auto negro que se acaba de comprar hace unos días.-¿No ves cómo estoy?-inquiero levantando una ceja y señalando mi apariencia.

-Estas en perfectas condiciones.-señala convencido.

-No lo estoy.

-Hasta ayer estabas montada en tu Bugatti, Malen'kiy.

-¡Estoy a punto de parirte dos hijos! ¡Ten un poco de consideración, joder!

Grito esforzando mi garganta, una punzada algo extraña me atraviesa la espalda, haciéndome llevar la mano a esa zona.

«¿Qué carajos me acaba de pasar?»

A grandes zancadas se acerca.

-¿Te están empezando los dolores?-cuestiona.

-No, idiota, me están acariciando la espalda.

Se ríe como si esto fuera una puta broma.

Me abre la puerta de la camioneta Lamborghini que tenemos y tomo mi lugar de copiloto, el tomo el volante y salimos seguidos por toda la seguridad.

DINASTÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora