Cap 2- Presentaciones.

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Viktor sintió un extraño estremecimiento cuando su mirada chocó con la de un par de ojos castaños que lo escudriñaban con atención, si bien dicha sensación aunque era de curiosidad también estaba dominada por una marcada antipatía ya que en aquel rostro de agradables facciones se vislumbraba a un hombre orgulloso y poco amable lo que hacia que Viktor experimentara un enorme disgusto. Aun así sonrió a la vez que se inclinó levemente aunque esto sólo para evitar que su madre lo retara por supuesta falta de respeto.

--Es un honor conocer a tan finos caballeros.-- dijo el ruso tratando de sonar amable.

--Gracias.-- fue lo único que respondió el extranjero que apenas si inclinó la frente.

--El placer es nuestro, saben que en esta ciudad aunque es pequeña hemos encontrado a personas muy agradables que nos han hecho sentir como en casa.-- contestó Otabek con su acostumbrada sonrisa.

--En este pueblo nos esforzamos por recibir a las visitas distinguidas como se lo merecen.-- intervino Lilia.

--¿Ya conocieron al juez Egorov? les aseguro que no hay otro hombre que sepa tanto de política como él.-- intervino Yura pensando que ese tema sería del agrado de tales hombres de mundo.

--Lo lamento pero no conozco mucho de ese tema, generalmente prefiero vagabundear por el campo en busca de buenos sitios para pintar, soy aficionado a ese arte aunque también a la caza de patos.-- se disculpó Otabek Altin.

--Es verdad, no hay como el aire fresco y mas aun cuando esto se vuelve motivo de inspiración.-- respondió Yura viendo a los ojos al visitante con cierto toque de coquetería.

--La música ha comenzado, ¿por qué no bailan una pieza?.-- propuso Lilia con agudeza para aprovechar la situación.

Otabek de inmediato respondió --Será un placer, ¿me permite?.-- añadió dirigiéndose a Yura que al instante aceptó.

Lilia en ese momento divisó a una amiga asi que se alejó dejando solo a Viktor con el extranjero.--¿Y usted no gusta bailar?.-- le preguntó el ruso tímidamente.

--No he venido aquí con esa intención, de hecho considero que el baile es una forma de lo mas primitivo para pasar el tiempo, es por decirlo de una manera la ocupación de los que carecen de intelecto para mantener una conversación edificante.--- contestó Yuuri con brusquedad.

Viktor sintió un enorme disgusto por aquella respuesta no obstante se esforzó en ocultarlo.-- Pues yo siempre he creído que el baile es una de las maneras mas bellas para demostrar nuestras emociones, tanto asi que se puede decir que es un lenguaje universal.--

--El que sea un lenguaje universal no significa que deba ser motivo de imitación, incluso los salvajes bailan en sus primitivos ritos y eso no los hace dignos de pertenecer a la civilización.-- contestó el japonés interiormente contrariado aunque debía defender su punto de vista a toda costa.

--Entonces supongo que ha errado al elegir el lugar de su visita.-- añadió el peliplata cada vez mas molesto.

--Lo admito y créame que no volverá a ocurrir, sobre todo ahora que me he dado cuenta de que aquí sólo hay campesinos y taberneros entre los invitados.-- contestó dándose la vuelta dejando a un molesto ruso que no podía creer que se hubiera atrevido a invitar a bailar a un desconocido por demás desagradable y a su vez recibir una respuesta tan tajante.

--¡Viktor Viktor!.-- lo llamó a voces su amigo Alek que se acercó con un enorme sorbete de limón en la mano.--¡debes venir a la mesa de postres, hay unos pasteles y helados deliciosos!.-- añadió el chico con infinita alegría.

--Gracias pero por el momento no tengo apetito.-- argumentó Viktor que seguía bastante molesto consigo mismo más que con el propio Yuuri Katsuki que para ese momento se había apartado a un rincón desde donde veía a los presentes entre ellos a su amigo Beka que disfrutaba de aquel pasatiempo de "salvajes".

Mi dulce omegaWhere stories live. Discover now