Viktor Nikiforov es un joven omega dulce, cálido y amable que ama profundamente a su familia tanto como a si mismo, prueba de ello valora la dignidad y el amor propio con furor cosa que en mas de una ocasión le ha hecho levantar juicios precipitados...
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Viktor levantó la vista hacia el altar cubierto de oro, sus ojos estaban húmedos y su corazón saltaba de una felicidad jamás experimentada mientras observaba a su alrededor como si quisiera retener para siempre en su memoria todos aquellos detalles.
El patriarca ortodoxo les indicó que podían sentarse sobre un par de elegantes taburetes, fue entonces que comenzó una larga lectura en la que se rememoraron pasajes bíblicos asi como los preceptos del matrimonio según la religión ortodoxa, Viktor escuchaba con suma atención como fiel practicante, Yuuri en cambio sentía un poco extraño tales rituales pero estaba decidido a respetarlos. Yura y Beka se acercaron con un cojín de terciopelo rojo donde un par de anillos de oro bellamente decorados esperaban su destino en manos del alfa y del omega pues había llegado el instante cumbre de la ceremonia.
Viktor se puso de pie al igual que el japonés para verse directo al rostro a la vez que se tomaban de ambas manos.--Yuuri, frente a este altar donde Dios se ha hecho presente en esta tarde asi como ante los hombres que son testigos de nuestra unión, juro solemnemente que a partir de este día mi corazón y mis pensamientos serán fieles a ti, asi mismo prometo estar contigo en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte durante todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe.--dijo el ruso con la voz temblorosa por la emoción.
Yuuri tomó con mayor fuerza las manos del omega.--Viktor, frente a este altar donde Dios se ha hecho presente en esta tarde asi como ante los hombres que son testigos de nuestra unión, juro solemnemente que a partir de este día mi corazón y mis pensamientos serán fieles a ti, asi mismo prometo estar contigo en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte durante todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe.-- repitió el mismo juramento mientras sus ojos se humedecían al igual que los del ruso.
El patriarca bendijo los anillos antes de indicarles que ya podían ser colocados, Viktor tomó primero uno de ellos.--Yuuri, recibe este anillo como símbolo de mi amor y mi fidelidad.-- dijo mientras lo ponía en el dedo del alfa.
Yuuri enseguida tomó el otro anillo.--Viktor, recibe este anillo como símbolo de mi amor y mí fidelidad.--repitió no menos emocionado colocandolo en el dedo del ruso. En las miradas de ambos se podía apreciar la inmensa dicha que los embargaba.
--Ahora comenzaremos con la imposición de las coronas.--indicó el patriarca.
Hiroko y Lilia se acercaron con un par de coronas de oro atadas una a la otra con un largo listón, pues esto según la tradición ortodoxa simboliza el reinado de cada uno de los cónyuges en su nuevo hogar, el clérigo después de bendecirlas las puso sobre las cabezas de Yuuri y Viktor mientras recitaba una larga oración. Enseguida les indicó que deberían de dar tres vueltas alrededor del altar lo cual hicieron tomados de la mano en medio de una bruma de incienso, después de un par más de oraciones se dio por concluida la ceremonia religiosa la cual duró más de una hora y que solamente fue interrumpida en momentos por el toque del organo y los bellos coros. De entre los presentes se levantó un anciano seguido de un joven omega, se trataba del juez y de su ayudante que sobre una pequeña mesa que fue rápidamente colocada a un lado del altar principal extendió el largo contrato matrimonial que estaba pendiente por firmarse. Viktor dio un rápido vistazo al documento antes de poner su nombre aunque se llevó la sorpresa de descubrir que el nipón lo había hecho propietario de la mitad de toda su fortuna al casarse bajo régimen de bienes mancomunados, eso realmente no lo esperaba pero le daba una prueba más del profundo amor del alfa. Yuuri igualmente revisó que todo estuviera en orden antes de firmar lo cual hizo con mano firme, en ese momento al fin eran legalmente esposos.
