Cap 46- La rosa en el agua.

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Un mes pasó rápidamente; era una mañana en extremo fría y oscura de finales de noviembre cuando el llanto de un recién nacido anunció la llegada de otro miembro de la familia Katsuki-Nikiforov, se trataba de otra niña pero esta vez de cabello negro y grandes ojos castaños que era la viva imagen de Yuuri y que llevaría el nombre de Ekaterina.

--Mí pequeña Katia.--dijo el nipón con lágrimas en los ojos tomando a la bebé en brazos y sentándose junto a la ventana para contemplarla.

Anastasia se acercó con su infantil curiosidad y su rostro se iluminó al pensar que al fin tenía a una compañera de juegos.--¿puedo jugar con ella?--preguntó inocentemente.

--Ven aquí amor.--dijo Viktor que observaba la hermosa escena. La niña subió a la cama para ser cálidamente envuelta por los brazos de su padre omega.--por supuesto que jugarás con ella, pero ahora es muy pequeña y frágil y por ello necesita un cuidado especial, cuando sea un poco mayor entonces sí ambas jugarán todo el día, ¿me comprendes?-- Nastya que era bastante lista al instante asintió.

--Y cuando eso sea posible les compraré un pony para que paseen por el jardín.--añadió el japonés lo que aumentó aún más la alegría de la niña.

Viktor estaba físicamente agotado pues al igual que con el nacimiento de Anastasia había pasado varias horas de dolor y cansancio, aunque la recompensa de tener a otra preciosa bebita en sus brazos le hacia olvidar el sufrimiento vivido.--Yuuri, tu madre y la mía deben estar impacientes por conocer a Katia.--

--¡Oh cielos es verdad!.--el nipón fue entonces que recordó que Lilia e Hiroko desde hacía buen rato esperaban para conocer a su nueva nieta.

Unos minutos después ambas mujeres entraron a la habitación, Lilia derramó abundantes lágrimas al igual que Hiroko que reconoció en la bebé las facciones del nipón con tal claridad que era como ver a una pequeña réplica en versión femenina.--¡Se parece tanto a Yuuri!--dijo con alegría.

--Así es señora Katsuki, es tan parecida a él.--afirmó Viktor besando la mejilla de su hija.

Yuuri de pie junto a Hiroko se sintió tan conmovido que posó la mano en el hombro de su madre.--Gracias mamá.--dijo de pronto.

Hiroko se dio la vuelta un tanto confundida.--Pero Yuuri...--

--Gracias por darme la vida, porque sin ti yo no había existido y por lo tanto Nastya y Katia tampoco y eso no puedo ni siquiera imaginarlo, como tampoco el no haber conocido nunca a Vitya.--

Hiroko estaba más que sorprendida de tales palabras llenas de significado.--mi querido Yuuri.--contestó llevando a sus labios la mano de su hijo.

Viktor veía la escena con una enorme satisfacción pues conocer la fría relación de su esposo con su madre siempre le había dolido en demasía, no obstante esto desde mucho tiempo había quedado atrás y como prueba estaba lo dicho por el nipón en ese momento tan especial. Sin embargo el omega tenía en mente algo que pensó debía hacer a la brevedad posible.

Dos días después del nacimiento de Katia, Viktor descansaba al calor de la chimenea mientras bebía una taza de té, sobre la alfombra junto a él Anastasia jugaba con sus muñecas en tanto que la bebé dormía plácidamente en su cuna. Fue entonces que se levantó y tomó una hoja de papel y tinta, iba a escribir una carta que siempre dudó en enviar, esta decía así:

"Honorable señor Toshiya Katsuki.

Sé que recibir esta carta de mí parte le será en extremo incómodo ya que en estos años me he dado cuenta del rechazo que me ha tenido con tanto ahínco sin que haya nada ni nadie que lo logre persuadir, sin embargo esto poco me importa a nivel personal puesto que he aprendido a apreciar a quienes me muestran su simpatía y a ignorar a quienes me rechazan, por ello esta carta no la escribo por mi sino por otras personas a las que su soberbia actitud si las ha afectado. Desde el día que me casé con Yuuri tuve claro que usted jamás me aceptaría en su familia y como prueba basta su ausencia en un día tan importante para su hijo como lo fue nuestra boda, nueve meses después nació su nieta Anastasia a la que usted se ha negado conocer y hace dos días nació nuestra segunda hija a la que llamamos Katia y que estoy seguro se negará nuevamente a conocer. Su esposa en cambio ha mostrado una gran empatía hacia mi persona razón por la que le he desarrollado un enorme aprecio, cosa que en un momento quise para usted pero veo que han sido inútiles mis esfuerzos y aun los de la señora Hiroko, en conclusión; mi único interés en este momento es hacerle saber que Yuuri pese a todos los malos momentos que vivió a su lado ha sufrido su ausencia aunque se empeñe en ocultárselo al mundo pero no a su esposo que ha visto como en su rostro con cada carta que recibe de su país se dibuja la decepción al no encontrar ninguna de su padre, quizás usted se pregunte la razón por la que no ha ido a Japón, pues bien, él está convencido de que usted jamás cambiará de opinión, yo en cambio guardo la remota esperanza de que su corazón sea capaz de empatizar con las personas por si mismas y no sólo por el valor de sus billeteras, pero si por el contrario persiste en sus prejuicios y su orgullo, entonces lo consideraré para siempre como una persona extraña a mi familia, alguien que antepone el "prestigio" de un apellido antes que la felicidad de su hijo al que no le importó condenar a un matrimonio sin amor no puede ser considerado un buen padre de ninguna manera, aun así tengo fe en que me haya equivocado, por favor no me defraude. Sin más por el momento me despido deseandole abundante salud.

Mi dulce omegaWhere stories live. Discover now