Cap 3- Entre valses y copas.

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El pueblo amaneció con una atmósfera alegre y colorida, ese día se llevaba a cabo el festival de primavera lo que hizo que las calles se llenaran de pequeños puestos de golosinas, fruta, artesanías e infinidad de delicias. En la plaza del ayuntamiento un animado desfile militar atraía a la multitud desde niños a adultos y por supuesto los chicos de la familia Feltsman no eran la excepción. Viktor había encontrado un buen lugar en lo alto de un monumento para desde ahí ver a los militares que marchaban con rostros altivos, Yura mas abajo apenas si ponía atención ya que para él era mas interesante el pastel de limón que comía con apetito, Mila casi tenía la misma actitud del rubio, en cambio las gemelas Lara y Ana daban saltos de alegría por cada soldado apuesto que pasaba junto a ellas pues si hubiesen existido premios a la coquetería esos los habían ganado sin problema alguno.

--¡Este ya es el último regimiento!.-- dijo Viktor desde las alturas.

--Ya era hora, aquí hace mucho calor.-- se quejó Yura.

--Fueron tan pocos militares.-- se lamentó Ana haciendo un puchero.

--Sí pero muy guapos.-- respondió Lara.

Ambas chicas se tomaron del brazo seguidas de Mila, Viktor al mismo tiempo bajó de su plataforma de observación y junto con Yura tomaron rumbos diferentes, las chicas seguramente irían al bazar en busca de algún sombrero nuevo en tanto ellos se dispondrían a escuchar la banda de música del ejército que comenzaría en breve a tocar en plena plaza para amenizar la verbena.

--¡Viktor, Yura!.-- los llamó Alek que salió de entre la muchedumbre.-- ¿Vieron todo el desfile?.--

--Llegamos desde las siete de la mañana, Viktor quería encontrar un buen sitio.-- contestó el rubio.

--¿Y lo encontraste?.-- se dirigió al peliplata.

--Sí, ese caballo de bronce es una gran plataforma de observación.-- dijo Viktor.

--¡Genial! ¿qué les parece si vamos por un refresco?.-- propuso Alek.

Habían caminado apenas unos metros cuando fueron interceptados por un hombre de 30 años con cabellos castaños y ojos verdes bastante apuesto que vestía un elegante traje militar, en su semblante se notaba el orgullo de un alfa.--Buenos días.-- saludó ceremoniosamente.

--Buenos días.-- respondió Viktor sintiendo que sus mejillas se coloreaban.

--¿Eres el pequeño Viktor no es asi?.-- preguntó el militar con una amplia sonrisa.

--Así es señor Kuznetsov.-- Viktor conocía a aquel hombre aunque desde hacía 10 años no lo veía pues este abandonó el pueblo para enrolarse en el ejército imperial.

--¡Vaya, has cambiado demasiado!.-- Iván Kuznetsov observó las bellas facciones del peliplata con interés.-- La última vez que te vi eras un chiquillo bastante inquieto que siempre traía a su madre corriendo detrás.--

--Diez años no pasan en vano por las personas.-- contestó mas sonrojado que nunca.

--No desde luego, pero en ti han hecho maravillas, claro que aún como niño eras encantador-- añadió con coquetería.

--Pero dígame; ¿se quedará mucho tiempo?.-- preguntó Alek viendo de soslayo a su ruborizado amigo que había perdido el habla.

--Aún no lo sé, el regimiento que comando tiene indicaciones de permanecer aquí por un mes, sin embargo esto podría cambiar en cualquier momento.--

--Nos haría felices si se queda mas tiempo.-- dijo Alek.

--Sinceramente eso espero.-- respondió Iván sin quitar la vista de Viktor.

Mi dulce omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora