Cap 5- Doblegando el orgullo.

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Cuando Lilia Feltsman terminó sus labores se dirigió a la sala donde le esperaba una carta que si bien había llegado desde un dia atrás no le puso atención, en ese momento antes de tomar su costurero abrió el sobre donde se leía el nombre de Elías Feltsman primo hermano de su esposo Yakov. Aquel hombre siempre le había caído mal ya que su mezquindad era legendaria además de que siempre que los visitaba (cosa no muy frecuente por fortuna) había problemas, por ejemplo en la última visita insistió en alquilar el molino a otro sujeto sin respetar que el acuerdo entre él y Yakov ya incluía dicho implemento, esto derivó en una acalorada discusión que dio por resultado que casi fuesen echados y sólo un aumento en la renta anual pareció disuadirlo. Por si no era suficiente la misiva decía que la visita se extendería por dos semanas lo que terminó por ponerla de un humor terrible.

--¡Señora Feltsman!.-- llamó a voces Alek Vasilev desde el patio.

--¿¡Que ocurre!? ¿¡por qué esos gritos!?.-- Lilia abrió la ventana de la sala bastante enojada como si el omega tuviese la culpa.

--Perdón señora, vine por la otra caja de mermeladas, al parecer su idea dará un gran resultado.--

--Dile a María que te la de.-- contestó cerrando la ventana nuevamente.

--¡Señora Feltsman espere! debo decirle algo más.--

Lilia frunció el ceño al abrir la ventana.-- Dilo pues.-- le ordenó con cara de pocos amigos.

--Los señores Altin y Katsuki han llegado a saludar a Viktor y a Yura.-- dijo con la seguridad de que tal noticia alegraría a su patrona.

--¿¡Pero lo dices en serio!?.-- exclamó con sorpresa.

--¿Por qué habría de mentirle?.--

--¿Pero no se habrán detenido sólo para comprarnos algo?.--

--Ese es apenas un pretexto, es obvio que querían ver a sus hijos, sobre todo el señor Altin que invitó a Yura a la casa de té de Madame Elliot.--

Lilia Feltsman sonrió con enorme satisfacción pues aquella noticia acababa de alegrarle sobremanera.-- Eso es magnífico.-- susurró por lo bajo.

--¿Me dará la otra caja de mermelada?.-- dijo Alek recordando el motivo que lo llevó ahí.

--Tengo otra idea, mejor dejémoslos solos un rato más.--

--Pero Viktor me está esperando con la otra caja de mermeladas.--

--¿Se quedó el señor Katsuki con él?--

--Si se quedó, pero parece que a Viktor no le agrada mucho su compañía.--

Lilia guardó un breve silencio antes de responder.-- Déjalo esperar un rato más, mientras tanto prepara el coche para que vayas a la estación de tren, Elías Feltsman el primo de mi esposo me avisó que llegará hoy a medio día.--

--¿Tan de repente?.--

--En realidad la carta llegó desde ayer en la mañana pero hasta hace un momento la leí.--

--Iré, pero debo confesar que dudo que lo pueda reconocer al verlo en el andén.--

--Que mis hijas te acompañen, pero váyanse ahora, necesito que antes pasen a comprar unas cosas al pueblo.--

--Está bien señora.--

Media hora después Alek Vasilev salió de la granja conduciendo un pequeño coche tirado por un caballo pinto que caminaba con la misma pompa con la que lo haría el mas fino corcel de un gran señor. Las mellizas Anna y Lara extrañamente permanecían mas calladas que de costumbre pues la visita de tan desagradable pariente era suficiente para poner de mal humor a cualquiera. Poco después Viktor y Yura se unieron a la comitiva que iría a recibir a Elías Feltsman pues al ser su casero se veían en la necesidad de brindarle toda la atención pese a su disgusto.

Mi dulce omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora