Capítulo 22 especial- Donde todo inicia.

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Año de 1864:

San Petersburgo; hermosa y señorial ciudad donde palacios y jardines hacen la delicia de viajeros y residentes, ahí donde el invierno hace una larga escala llenando de blanca nieve las amplias avenidas un edificio adusto se levantaba airoso entre los demás, se trataba del orfanato municipal lugar en el que los pequeños sin una família esperaban el añorado calor de un hogar. Justo en la entrada a dicha institución un carruaje sencillo conducido por un hombre de 30 años con rostro serio y frío pero de un corazón cálido bajó del vehículo seguido de una mujer de 28 años ataviada con un colorido vestido verde y un chal blanco, se trataba del matrimonio conformado por Yakov y Lilia Feltsman. Esta no era su primer visita al orfanato ya que en los últimos 5 años cada 19 de enero el día de la epifanía ortodoxa rusa solían llevar dulces y galletas a los huérfanos, esto lo hacían también para mitigar un poco su dolor al no tener hijos propios después de 10 años de matrimonio. Sin embargo en esta ocasión están ahí por una razón muy diferente, pues en su última visita un pequeño de ojos color del cielo que se acercó tímidamente para tomar un paquete de dulces de mano de Lilia los cuales por cierto compartió con otro niño rubio de ojos verdes los hizo considerar algo en lo que nunca antes pensaron.

--Buenos días señorita Petrova.-- saludaron a una mujer de cincuenta años que fungía como directora del orfanato.

--Buenos días señores Feltsman, los estaba esperando, pasen por favor.-- enseguida los guió por un largo pasillo hasta llegar a un despacho sencillo pero impecable.

--Recibimos su mensaje esta mañana y de inmediato salimos hacia aquí.-- dijo Yakov después de sentarse frente a la directora.

--Me alegra ver su interés, sinceramente no muchas personas deciden llevar a un infante con quien no tienen lazos de sangre a su casa ya que es una gran responsabilidad en estos tiempos tan difíciles.--

--Dios sabe que lo que más deseo es ser madre.-- dijo Lilia con un nudo en la garganta al recordar que tal parecía que esto era algo imposible para ella.

--Las madres no son sólo las que engendran, sino también las que le dan todo su amor a estos pequeños desamparados.--

--Por favor señorita Petrova, ¿podría decirnos algo del origen del niño?, apenas lo vimos una vez y estamos ansiosos por descubrirlo.-- intervino Yakov impaciente.

--Bien, comenzaré por decirles que su nombre completo es Viktor Andreievich Nikiforov, nació el 25 de diciembre de 1859 en Volgogrado y sus padres fueron Vera Záitseva y Andrei Mijaílevich Nikiforov ambos oriundos de la misma ciudad.--

--¿Ya no viven?.-- preguntó Lilia temerosa de que el infante hubiese sido abandonado.

--No, murieron en un naufragio en el mar Báltico a principios del otoño pasado cuando se dirigían a Suecia. El padre era comerciante de telas y la madre modista, ambos fueron requeridos para trabajar temporalmente en la corte sueca, con ellos iban también un omega Alexei Alieva y Nicolai Sergéevich Plisetsky amigos suyos de la misma ocupación.--

--¿Pero por qué no llevaron a su hijo con ellos?.-- cuestionó Lilia.

--Según dijo uno de los parientes el niño junto con el hijo de los Plisetsky enfermaron de varicela.--

--¿¡Y asi sus padres salieron de viaje!?.-- exclamó Lilia con asombro.

--Al parecer los niños ya estaban sólo convalecientes y al cuidado de una tía, además tenían prisa por cumplir con su contrato antes de la llegada del invierno por ello emprendieron el viaje a Suecia con la seguridad de que no estarían más de un mes allá.--

--Comprendo. ¿y cuando sus padres murieron nadie se quiso hacer cargo de él?.--

--No, al parecer el padre estaba alejado de su familia ya que esta por una razón que desconocemos nunca aceptó a la madre del pequeño, de la familia de esta última no pudimos averiguar más pues no es rusa, quizás sea Bielorrusa o Ucraniana.--

Mi dulce omegaWhere stories live. Discover now