Cap 28- Un negro presagio.

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Ostrov es una pequeña ciudad cercana a Moscú donde en esa época varias casas comerciales habían abierto sus puertas atraídas por la bonanza que la explotación de una mina de oro llevaba a los crecientes habitantes. Yuuri Katsuki no era indiferente a tal oportunidad de negocio por lo que realizó un viaje con la mira de instalar ahí una sucursal de su agencia exportadora que se dedicaba principalmente al comercio de especias exóticas, perfumes y maderas finas provenientes de Asia y Medio Oriente.

Después de una larga y satisfactoria visita al alcalde de la ciudad, Yuuri subió a su carruaje sólo que en vez de regresar al hotel le ordenó a su cochero que tomara un camino hacia las afueras de la población, finalmente se detuvieron frente a una bella hacienda rodeada de altos árboles y cuidados prados, este era el hogar de Mijaíl Belov antiguo compañero de universidad del nipón.

--Bienvenido señor Katsuki.-- saludó un omega de 23 años con cabello rojizo y complexión robusta.

--¿Está tu patrón?-- preguntó de forma directa sin hacer demasiado caso al empleado al cual conocía desde hacía tiempo.

--Si está, le diré que usted lo busca. Por favor tome asiento.-- el empleado lo escoltó hasta un gran salón.

Yuuri no tuvo que esperar mucho tiempo para que un alfa de 25 años vestido con traje de montar entrara al salón.-- ¡mí querido Yuuri que alegría verte!-- lo saludó su anfitrión.

--Buen día Mijaíl, también me alegra verte.--

--Pero siéntate por favor.-- Mijaíl Belov se sentó frente al japonés con una gran sonrisa.

--Lamento no haber anunciado mi visita, quizás estabas ocupado.--

--Descuida, sólo me disponía a salir a pasear en caballo, sabes que después de desayunar me gusta hacer algo de actividad.--

--Sobre todo si sigues desayunando igual que en la universidad.-- bromeó el nipón.

--Bueno...es a lo que yo le llamo disfrutar la vida.-- contestó el ruso riendo sonoramente.-- Pero dime, ¿qué te trae por aquí?--

--Pedí una entrevista con el alcalde, ya que esta ciudad está creciendo demasiado rápido pensé en que es buen momento para poner una sucursal aquí.--

--Entiendo, según me han dicho has conseguido un gran mercado entre los rusos.--

--Por fortuna si, cada vez hay más personas que se enamoran de los perfumes exóticos y de las especias.--

--Indudablemente, ¿pero que hay de la mina en Siberia? ¿sigue siendo productiva?--

--Más que nunca, ahora que la modernicé aumentó su producción al máximo.-- aclaró con satisfacción.

--Supongo que entonces es verdad cuando en Ginebra los compañeros de la universidad decían que en tu casa tenías salones repletos de dinero.--

--Eso es una exageración.-- dijo el nipón.

--Eso díselos a ellos.-- concluyó Belov riendo.

Enseguida Yuuri volvió a su usual seriedad.-- ¿Y qué ha sido de tu vida?, no te veía desde hace casi un año.--

--Estoy más que satisfecho, mis negocios van bien, tengo esta hermosa hacienda, pero sobre todo tengo a un maravilloso omega a mi lado.--

--¿Asi que ya te casaste? ¿y quién es el afortunado?--

--Yo diría que el afortunado soy yo, Ilya me ha hecho el alfa más feliz sobre la faz de la tierra.--

Yuuri estaba perplejo pues Ilya era nada más y nada menos que el empleado doméstico de la casa y quien lo había recibido al llegar.-- ¿hablas de tu...empleado?--

Mi dulce omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora