Cap 43- Un nuevo mundo.

113 14 21
                                    

Yuuri permaneció de pie frente a su madre imaginando lo que esta le diría, quizás lo llenaría de reproches pero aun así estaba decidido a enfrentar lo que fuera.

Hiroko sólo veía a su hijo con cara seria, era obvio que tenía mucho de que hablar.--Mari, por favor dejanos solos.-- le pidió a su hija.-- Yuuri siéntate, debemos hablar largamente.-- se dirigió al nipón.

Yuuri se sentó frente a su madre a la que vio directo al rostro.--Bien, te escucho.--

La mujer se veía nerviosa antes de continuar.--Antes que todo debo decirte que tu padre te manda saludos.--

--¿En serio? pues dile que le agradezco tanta amabililad.--

--No es necesario el sarcasmo Yuuri.--el japonés hizo un gesto despectivo.

--Supongo que Madame Popovich ya ha venido a quejarse.--

--En efecto lo hizo.-- admitió Hiroko.

--¿Y qué le dijiste?--

--Que no tiene caso alguno que se aferre a un matrimonio imposible, Nadia se ve feliz por haber terminado el compromiso y tú...pues es claro que estás más feliz aun.--

--Lo estoy madre, jamás me había sentido más libre como ahora pese a estar comprometido en matrimonio con Viktor.--

--Te entiendo perfectamente Yuuri.--Hiroko hizo un largo silencio ya que retomar la palabra le era difícil.--háblame de ese chico, luce encantador pero necesito saber más sobre su origen.--

--Nació en Volgogrado en 1859, su padre era Andrei Mijaílevich Nikiforov un comerciante de telas y su madre era Vera Záitseva una modista, ambos murieron en un naufragio en el mar Báltico cuando se dirigían a Suecia para cumplir con un compromiso de trabajo en la corte cuando él apenas tenía cinco años. Su familia no quiso hacerse cargo de él y después de despojarlo de su herencia fue entregado al orfanato de San Petersburgo donde fue adoptado por Yakov y Lilia Feltsman ambos oriundos de Selkovo y de oficio granjeros.--

Hiroko permaneció pensativa unos segundos.--Una familia humilde sin duda.--dijo al fin.

--Sí, pero completamente honorable incluso más que muchas familias nobles que conozco.-- replicó a la defensiva.

--No me malentiendas Yuuri, yo no he dicho que eso sea un problema, al menos para mi no lo es.--

--Pero para papá si lo será.--

--Por supuesto que sí, pero creo que eso no te preocupa en lo más mínimo.--

--Es verdad, soy dueño de mis propias decisiones asi que han quedado lejos los días en los que mí padre regía mí vida.--

--De lo cual me alegra, no obstante ha llegado el momento que he esperado durante cinco años.-- Yuuri se estremeció ya que sabía no sería una charla agradable.--Antes que todo quiero saber si tu rencor hacia mi es tan fuerte como para que me hayas abandonado durante tanto tiempo.--

--No es rencor como tal, pero ya que mi padre controlaba hasta mí más mínimo movimiento y tú lejos de intervenir sólo guardabas un obstinado silencio terminé por hartarme y por ello abandoné Japón con la intención de no volver jamás.--

Hiroko bajó la vista.--Sé que no he sido la mejor madre para ti y me avergüenzo por ello. Pero debes saber que esa tarde cuando saliste de casa gritando que odiabas hasta al último de los Katsuki y que jamás regresarías sentí un dolor y una culpa inmensa.--

--Pero aún así no hiciste nada, simplemente seguiste guardando silencio y permitiendo todo lo que mí padre hacía.--

--Perdí las esperanzas después de todas aquellas cartas que te envié y que jamás tuvieron respuesta, creí que era en vano insistir.--

Mi dulce omegaWhere stories live. Discover now