(+21) (Libro 6) Adrián y Alysha tuvieron que luchar con situaciones y circunstancias que jamás se hubiesen imaginado ni por asomo.
Justo cuando estaban a punto de tocar la felicidad y la plenitud con las yemas de sus dedos, las desgracias los arropó...
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Capítulo 24.
—¿¡Qué!? —Gloria y Kenneth exclamaron a la par.
—¿¡Es una broma!? —mi amiga engrandeció los ojos.
—¿¡Cómo que estás embarazada!? —mi alocado amigo no lo podía creer.
—¿¡Estás embarazada del doctor Wayne Milán!? —los dos volvieron a preguntar a la par.
—Bueno, en realidad sería obvio que sea de él —Kenneth puso los ojos en blanco y sacudió una de sus manos muy melodramático—. Pero debo admitir que si no es una broma, no es para menos que nos sorprenda que estés esperando un bebé del príncipe del bisturí —me miró fijamente, esperando una respuesta de mi parte, al igual que Gloria.
—Yo... —rasqué mi nuca y me reí un poco nerviosa, sintiendo mis mejillas calentarse—. No, chicos. De verdad que no es broma. Estoy embarazada —enarqué las cejas y elevé mis brazos, como si no tuviese más opción que confesarlo.
Kenneth y Gloria se quedaron en silencio por unos segundos que me parecieron eternos. No dejaban de observarme con perplejidad. Sin embargo, solo quería que reaccionaran de una vez.
—Espera —Kenneth posó una de sus manos sobre su pecho, parpadeando repetidas veces—. Entonces, ¿no estás bromeando?
Negué con la cabeza.
—O sea, que... —Gloria enarcó las cejas repetidas veces—. No es broma...
Volvieron a quedarse en silencio, hasta que ambos intercambiaron miradas y comenzaron a gritar más que emocionados y anonadados.
—¡Pero bajen la voz! —insistí por lo bajo, mirando a mi alrededor de reojo.
Algunos presentes en la cafetería miraron hacia nuestra dirección como si nos hubiésemos vuelto locos.
—No, no es broma —insistí—. Tengo casi tres meses de embarazo.
—¿¡Tres meses ya!? —exclamó Gloria más que perpleja.
—¡Dios, esto es mucha información que debo procesar! ¡Deténte, mujer! —Kenneth volvió a colocar una de sus manos sobre su pecho—. ¡Siento que hiperventilaré!
—De verdad, siento mucho no habérselos dicho antes —les dije con sinceridad. Mi mirada reflejaba un poco de aflicción por ese hecho—. Apenas estoy procesando todo esto de que seré madre y...
—Yo también tengo que confesarles algo... —Gloria me interrumpió, causando que Kenneth y yo la observáramos con atención.
«Carajo, ella lo iba a decir», pensé. «Ella también iba a confesar que estaba embarazada».
