(+21) (Libro 6) Adrián y Alysha tuvieron que luchar con situaciones y circunstancias que jamás se hubiesen imaginado ni por asomo.
Justo cuando estaban a punto de tocar la felicidad y la plenitud con las yemas de sus dedos, las desgracias los arropó...
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Capítulo 26.
(Adrián).
Un par de horas habían transcurrido cuando la doctora Moreno había regresado con el resultado de los análisis correspondientes a su embarazo. Ella se encontraba sentada al otro lado del escritorio con las manos entrelazadas para calmar sus nervios mientras esperaba una respuesta de mi parte.
—Bien, por lo que vi, apenas tiene un mes de embarazo —le dije una vez que leí los análisis en un santiamén. Ella se había quedado sorprendida de lo que muchos creían que era una habilidad de mi parte: leer en segundos—. Todavía tiene un poco de tiempo para decidir con más calma qué es realmente lo que le conviene en el ámbito laboral —mis palabras llenas de seguridad querían convencerla para ganar más tiempo y que el doctor Del Valle pudiese enterarse cuanto antes.
—Sí, tiene razón en eso —afirmó con timidez.
—Bueno, supongo que debo felicitarla, ya que será madre —enarqué las cejas—. A pesar de que ahora mismo esto está siendo un problema para usted, felicidades por ello.
—Muchas gracias, doctor Wayne —me sonrió con cierta nostalgia en su voz.
Analicé su preocupado rostro por unos segundos y luego le dije:
—Intente no preocuparse tanto, ¿bien? Haré lo que esté en mi poder para que pueda resolver su situación de la mejor manera posible. Sin embargo, creo que debe ser valiente y enfrentar la realidad en cuanto a quien es su padre. Para hallar una solución, primero hay que comenzar por sincerarse, aunque eso cueste.
—Entiendo —asintió y presionó los labios—. Pero ¿y sí reacciona mal? ¿Y sí se molesta o me rechaza después de decirle la verdad?
En ese preciso instante, pensé en Alysha, en cómo debió sentirse al enterarse de que estaba embarazada por mí. No pude evitar pensar en el miedo y el terror que debió experimentar al no saber cómo reaccionaría debido a mis traumas del pasado.
—¿Sabe? Siento que soy el menos indicado para aconsejarle sobre esa situación en específico, pero creo que lo mejor siempre es ir de frente con la verdad, siendo valiente, consciente y dispuesta de esperar cualquier reacción de la otra parte. Sin embargo, pensando primero en el bien de su bebé y en el suyo. Dependiendo de cómo el doctor Del Valle lo tome, sea para bien o para mal, usted sabrá qué decisión tomar y podrá actuar con más certeza.
La doctora Moreno me sonrió con más familiaridad y no dudó en expresarse con más comodidad:
—He escuchado muchos rumores sobre usted, sobre su seria y estricta personalidad aquí en el hospital, pero no cabe duda de que también es una persona empática.
—¿Usted cree? —sus palabras me sorprendieron y, por alguna razón, las hice bienvenidas en mi ser interno que intentaba sanar cada día.
—Sí, lo creo —me sonrió—. Tengo una idea bastante certera de cómo han surgido las cosas entre usted y la doctora Doménech, pero ahora comprendo mucho mejor el por qué mi amiga ve luz por usted.
