Capítulo 27.

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Capítulo 27

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Capítulo 27.

—Pero qué... —una mano más que reconocida cubrió mi boca con ímpetu, haciendo que en silencio mis ojos se encontraran con una mirada verde y llamativa—. ¿Qué estás haciendo? ¿Qué sucede? —le pregunté por lo bajo y con los ojos engrandecidos cuando apartó su mano de mis labios.

—Qué a tu amiga se le ocurrió la brillantísima idea de que me escondiera aquí, porque quiere aprovechar el momento para decirle la verdad de una vez y por todas —me explicó en un susurro—. De hecho, el doctor Del Valle no sabe que estoy aquí.

—Ya me doy cuenta —lo miré con diversión al enarcar las cejas—. Así que andas en el modo de los vecinos chismosos de los barrios —me reí por lo bajo.

—Por supuesto que no —respondió muy ofendido—. El menos que quiere estar en esta posición soy yo. Mírame... —expandió los brazos y señaló su cuerpo—. Soy el jefe de este hospital y siento que estoy haciendo el ridículo aquí adentro.

No pude evitar reírme por lo bajo al cubrir mi boca. Adrián estaba realmente ofendido.

—¿Crees que es gracioso? —gruñó.

—De hecho, sí lo es.

—Me parece inaceptable —se cruzó de brazos y esquivó mis ojos.

—O sea, que... —negué con la cabeza al sonreír—. ¿No me darás un beso o un mimo por eso?

Puso los ojos en blanco y luego me dio un beso en los labios.

—Damián, lo que quería decir es que... —al escuchar que Gloria comenzó a tartamudear, Adrián se despegó de mí para adherir su oreja sobre la puerta.

—Mierda, se lo dirá —me dijo por lo bajo, eufórico, causando que pusiera los ojos en blanco para mí misma, porque, realmente, estaba disfrutando del chisme.

—Gloria, ¿qué es lo que coño te pasa que no hablas de una vez? —comentó Damián.

—Pero qué hijo de...

—Más o menos así comenzaste tú —le di un leve codazo a Adrián, interrumpiendo su comentario.

—No creo haber sonado tan nefasto —frunció el ceño al mirarme fijamente, con la oreja sobre la puerta.

—Pues, sí sonaste muy nefasto —adherí mi oreja sobre la puerta de igual forma—. ¿Acaso olvidaste eso de "bastardo", "intruso" y no sé qué más?

—Sí, pero nunca he negado que es mío —me puso los ojos en blanco—. Silencio —colocó el dedo índice sobre sus apetecibles labios—, creo que la doctora Moreno está hablando.

—Bueno, primero quería preguntarte... ¿Qué piensas respecto a ser padre? —le dijo Gloria a Damián, riendo más que nerviosa.

—¿Qué? —Damián se rio muy socarrón—. ¿Qué clase de pregunta es esa? Ni siquiera somos novios ni nada por el estilo.

—Ay, qué pendejo —me quejé, pero Adrián volvió a hacerme señas para que me quedara en silencio.

—Lo sé, lo sé —Gloria se apresuró a continuar hablando—. Es por esa misma razón que...

—¿Es por esa misma razón que qué? —Damián insistió.

—Ay, me estoy estresando —Adrián se quejó.

—Shh... —elevé mi dedo índice y ambos nos concentramos en escuchar.

—Es por eso que te lo pregunto —le dijo Gloria—. ¿Qué piensas a la idea de ser padre?

—¿Ahora? —Damián sonaba incrédulo—. ¿No estamos en el mejor momento de nuestras carreras médicas?

—¿Ves? No fui el único que lo pensé —Adrián bufó—. No puedes culparme de haber hablado nefasto, cuando pienso muy rápido las cosas para responderte cada vez que me lo pides.

—¿Qué estás queriendo decir? —achiqué los ojos—. ¿Acaso me estás diciendo que soy intensa al cuestionarte?

—"¿Intensa?" Me parece suave esa descripción —enarcó las cejas—. Vamos, no me mires así. Hasta un bebé mío tendrás, así que la definición de "intensa" no te hace justicia.

—Como si este bebé se hubiese hecho solo o por obra del Espíritu Santo —le puse los ojos en blanco—. Te recuerdo que tú eres lo que sigue luego de la palabra "intenso" y que por esa razón también estoy embarazada.

—Ven acá —tiró de mi brazo al despegarse de la puerta, mirándome a los ojos mientras me acapara contra él—. Es que ni embarazada dejarás de ser tan lengua viperina —muy despacio, acercó su boca hacia la mía, rozando mis labios con los suyos, hasta que nos besamos con pasión y deseo.

—Sí que estás estresado —le dije entre besos al frotar mi mano contra su pantalón de traje, sintiendo su miembro más erecto que nunca.

—Pues, desestrésame —mordió mi labio inferior y sujetó mi mano para que continuara agarrando su duro miembro.

—Yo... ¡Damián, estoy embarazada! —soltó Gloria de repente.

Adrián y yo nos congelamos por un momento.

—Sabía que este delicioso momento para desestresarme no podía durar mucho —suspiró y ambos nos separamos con suavidad, adhiriendo nuestras orejas contra la puerta.

—¿¡Qué!? —Damián rugió—. ¿¡Embarazada!? —se escuchaba escéptico—. ¿¡Cómo ha podido suceder!?

—¿Por qué él y tú han hecho la misma pregunta? —me quejé con Adrián.

—Supongo que es la impresión del momento —se encogió de hombro, pero, eso sí, sin despegar la oreja de la puerta—. Yo que sé.

—¿¡Tú cómo crees!? —Gloria se escuchaba enfurecida—. Te extraje el semen con una inyección y me lo administré en la vagina —le respondió con sarcasmo.

—¡Eso! —presioné mi mano al convertirla en puño, emocionada de que ella se estuviera defendiendo con su sarcasmo de siempre.

—No es momento para tus sarcasmos —le contestó Damián.

—Y tampoco es momento para tu actitud pendeja de siempre y aún así actúas como un energúmeno —Gloria contraatacó.

—Debo admitir que tiene buen sentido del humor para enfrentar a alguien tan áspero como el doctor Del Valle —me dijo Adrián al enarcar las cejas—. Si Frankie estuviera presenciando esta escena, seguramente lo haría con palomitas.

—En realidad, lo único que tiene de áspero es la barba. Damián es un oso de peluche en el interior de la coraza que muestra a los demás —le aclaré.

—No es momento para que me estreses —Adrián se quejó, pero ambos hicimos silencio para continuar escuchando.

—¡Damián, no! —gritó Gloria a lo lejos—. ¡No me dejes con las palabras en la boca! ¿¡A dónde vas!?

—Mierda, creo que se fue —le dije a Adrián por lo bajo.

—Parece que esta situación será peor de lo que creí —me dijo.

De repente, Adrián y yo casi nos tropezamos con la puerta y con Damián cuando este último la abrió de sopetón. Sin embargo, el ojiverde y yo intentamos recomponer nuestra compostura al mostrar nuestras expresiones de profesionalidad.

MCP | La Especialidad ©️Where stories live. Discover now