Capítulo 41.

6.1K 578 64
                                    

Capitulo 41

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Capitulo 41.

(Adrián).

Cuando tomé el ascensor hacia el primer piso, me encontré con Kenneth Hall. Estaba congelado por la impresión y con las manos levantadas en son de paz al Frankie apuntarle con la pistola. Negué con la cabeza e intercambié miradas con el agente retirado.

—Frank, no te preocupes. Es uno de los amigos de Alysha —le dije al hacer señas para que bajara el arma.

—Lo sé, pero como lo vi por estos lares, por un momento pensé que era la desquiciada de Amanda —me dijo—. Creí haber oído que el vehículo de la doctora Doménech había sido vandalizado.

—Y así fue, pero minutos después de colgarte la llamada, el carro explotó —le dije entre dientes, mostrándome preocupado y bastante desesperado.

—Como relatas lo sucedido, parece un suceso planificado —me dijo Frankie en modo de advertencia.

—¡Dios, no esperaba que me fueran a apuntar con esa pistola! —comentó Kenneth, haciéndome poner los ojos en blanco—. Quiero decir, con el arma, con el arma...

—Gracias, señor Hall —carraspeé y me mostré serio y sarcástico—. Pero no tiene que aclarar que es ese tipo de arma.

Frankie carraspeó y se alejó un poco de nosostros para revisar la zona. Apuntaba con el arma en diferentes direcciones mientras registraba cada rincón del primer piso, incluyendo la sala de espera, mi oficina de consulta y los cuartos de examinación donde también trabajaba junto a mi personal clínico.

—¿Cómo está Nere, doctor Wayne? —me preguntó Kenneth con cierta intimidación por mi presencia. Sin embargo, se veía realmente preocupado por mi novia, situación que hacía que me cayera mucho mejor, aunque fuese algo fastidioso para mi gusto.

—En estos momentos, supongo que mejor que yo —enarqué las cejas—. Está asustada y nerviosa, pero creo que lo maneja mucho mejor que yo.

Kenneth asintió y soltó un suspiro lleno de indignación, mostrándose sorprendido por el carro incendiado.

—No puedo creer que esa maldita perra de las tetas locas sea la que esté causando todo esto. ¿Usted cree que sea la perra esa de tetas falsas?

Carraspeé ante los sobrenombres que se le ocurrían a Kenneth Hall en cuestión de segundos.

—Es probable, sí —asentí—. Jesse está muerto, así que no tenemos más enemigos en común —me encogí de hombros.

—Doctor Wayne —Frankie llamó mi atención cuando terminó de registrar todo el perímetro—, todo está despejado aquí en el primer piso. No he visto ninguna puerta forzada o señales de robo. Sin embargo, lo que ocurrió con el carro de la doctora Doménech parece un ataque directo e intencional. Iré a registrar la escena de la explosión.

MCP | La Especialidad ©️Onde histórias criam vida. Descubra agora