Capítulo cincuenta y uno

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Capítulo cincuenta y uno

(Patrimonio de Wayne Manner - Baticueva)


En las profundidades de la Baticueva, Bruce Wayne se sentó encorvado sobre la baticomputadora, su concentración inquebrantable mientras profundizaba en las complejidades de múltiples casos.


La cueva tenuemente iluminada resonaba con el suave zumbido de la tecnología, mientras que el peso de los problemas de Ciudad Gótica descansaba pesadamente sobre los hombros de Bruce.


Las horas parecían mezclarse, borrando la línea entre el día y la noche.


Alfred Pennyworth, el leal mayordomo y confidente de Bruce, entró en la cueva con una bandeja de comida en las manos.


Se acercó a Bruce, colocó la bandeja en una mesa cercana y suspiró suavemente.


Le dolía ver a su amo consumido por sus deberes de vigilante, descuidando su propio bienestar.


"Amo Bruce, le he traído la cena", dijo Alfred, su voz llena de preocupación. "Has estado en esto durante horas. Tal vez deberías tomar un descanso y nutrirte".


Bruce levantó la vista brevemente, reconociendo la presencia de Alfred pero sin registrar completamente sus palabras. Su mente estaba preocupada por otras cosas más importantes que la comida. Hizo a un lado la comida, descartándola sin una segunda mirada.


"Estoy bien, Alfred", respondió bruscamente Bruce, su voz cansada y tensa. "Hay demasiado en juego en este momento. Gotham me necesita".


Alfred suspiró una vez más, sus ojos reflejaban tanto frustración como preocupación. Había estado observando a Bruce de cerca, siendo testigo del costo que su cruzada le había cobrado.


La ausencia del Dr. Chase Meridian, el interés amoroso de Bruce, no había pasado desapercibida.


"El Dr. Meridian vino antes", informó Alfred a Bruce, su voz teñida con un toque de reproche. "Estaba preocupada por ti. Le informé que estabas fuera de Gotham en un viaje de negocios".


Las manos de Bruce se detuvieron en el teclado, su mirada fija en la pantalla frente a él.


Por un momento, su máscara se deslizó, revelando una pizca de arrepentimiento, antes de volver directamente a la cavilación. Luchó por mantener una distancia de aquellos que le importaban.


"Dígale... dígale que estaré en contacto", respondió Bruce, su voz mezclada con una mezcla de culpa y anhelo. "Hay cosas que necesito resolver primero".


Alfred asintió, entendiendo la lucha interna que enfrentó Bruce. Respetó la dedicación de su maestro a su misión, pero también reconoció la importancia de la conexión humana y encontrar consuelo en medio de la oscuridad.


"Lo entiendo, maestro Bruce", dijo Alfred suavemente. "Pero recuerda que mientras soportas el peso de Gotham, no tienes que soportarlo solo. La Dra. Meridian es una psicóloga buena y hábil, podría ofrecer ideas que pueden ayudar a aliviar algunas de las cargas".

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