Capítulo 34

359 20 0
                                    


CAPÍTULO 34

ACTUALIDAD.

EVANGELINE BROWN.

Tome una bocanada de aire tras salir de la cafetería. Me lleve una mano al centro de mi pecho en un intento de calmar mi respiración.

Adiele había hecho que reviva los peores meses de mi vida en cuestión de segundos. Y ahora había salido con la intención de opacar mis pensamientos con el hermoso paisaje que tenia aquel pueblo.

Montañas de fondo, bosque a lo lejos y el pronto amanecer queriendo asomarse.

Le había dado un golpe en la cara en el centro comercial y ahora le había lanzado mi merienda.

¿Estaba buscando que la asesine?

—Ten —la voz de Dan interrumpe mis pensamientos. Me apresuro a limpiar mis lágrimas con los dedos, con la esperanza de que no note que he comenzado a llorar.

Me ofrece un nuevo tostado envuelto en una servilleta. Comienzo a comerlo sin ganas, sumido en un silencio abrumador. Las palabras se atascan en mi garganta, y mi estado de ánimo no está dispuesto a entablar una conversación en ese momento.

—Adiele no va a volver a molestarte —me dice Dan con calma, colocándose frente a mí para asegurarse de que le preste atención.

Asiento con la cabeza mientras sigo comiendo el tostado, mis ojos llenos de lágrimas.

—No tienen por qué hacer eso. Mi odio hacia ella no debería afectarlos a ustedes —expreso, tratando de proteger a mis amigos de las consecuencias de mi conflicto personal.

Dan me mira seriamente y se acerca más.

—Eres nuestra amiga, y si a ti te afecta, nos afecta a todos —afirma—. Lo que te dijo fue horrible.

Acepto con un gesto de cabeza, sin poder evitar que las lágrimas sigan brotando mientras sigo comiendo el tostado.

—Además, no sabíamos que habías pasado por algo tan difícil como la anorexia —añade, deslizando un mechón de mi cabello detrás de la oreja—. Lo siento mucho, Evangeline.

Sus palabras sinceras me conmueven, y finalmente me dejo llevar por la vulnerabilidad que siento en ese momento. Dejo de comer por un instante y me abrazo a Dan, sintiendo su cálido apoyo mientras las lágrimas siguen fluyendo. Mastico contra su hombro y tras tragar, cierro los ojos.

Mierda, siento que encajo tan bien en su cuerpo que me da escalofríos. Incluso me siento cómoda.

Dan se aparta un momento, echándose un poco hacia atrás.

—Las fotos de Adiele con mayonesa y queso en el rostro no tardaran en aparecer en las redes sociales—me dice, riéndose.

***

ADIELE.

—Honestamente no creí que cayeras tan bajo como ahora ¿por qué le dijiste eso? Lo único que parece es que deseas que en serio te golpee. Adiele—le dijo Nathan—¿no te cansas de los malditos problemas?

A ninguno de los dos parece importarle que el resto de los clientes del café estén pendientes de la pelea. Darya desapareció sin omitir palabras y fue a ver cómo estaba Evangeline después de semejante escándalo.

—Te acostaste con ella y pretendes darme clases de cómo debo comportarme—Adiele se termina de limpiar el rostro con la servilleta—. Honestamente me das tanta lastima, Nathan ¿en serio estás atraído por esa chica del exilio?¿A mí me estás hablando de caer bajo—se rie, sarcástica.

En las sabanas de un TelescoWhere stories live. Discover now