Capítulo 36

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CAPÍTULO 36

ACTUALIDAD.

EVANGELINE BROWN.

—Así que fuiste la amante del novio de tu prima—reflexiona Nathan—. Mierda, que fuerte—le da un sorbo a su té tras menear la cabeza.

Nathan reflexiona por un momento, asimilando la sorprendente revelación que acabo de hacer. Da un sorbo a su té, meneando la cabeza mientras procesa la información.

Siento una oleada de vergüenza al admitir la verdad, pero también una extraña sensación de liberación al compartir mi secreto más oscuro.

—Es cierto, ella nunca se enteró de lo que sucedió entre Luke y yo —confieso, con la cabeza gacha—. Y lo peor es que, a pesar de todo, no puedo arrepentirme completamente de lo que hice.

La expresión de Nathan se transforma en una mezcla de asombro y comprensión mientras escucha atentamente.

—¿Cómo puedes decir eso? ¿Cómo puedes no sentir remordimiento por lastimar a tu prima de esa manera? —pregunta, con cierta incredulidad en su voz.

Levanto la mirada y respiro profundamente, tratando de explicar lo inexplicable.

—Luke fue mi primer amor, Nathan. Lo amaba más de lo que podía expresar. Aunque sabía que no podía tenerlo para mí sola, deseaba mantenerlo cerca de alguna manera. Quería verlo feliz, incluso si eso significaba que tenía que estar con mi prima. Es difícil de explicar, pero fue una elección egoísta y desesperada para tenerlo cerca, aunque fuera en la distancia.

Nathan parece tomar un momento para reflexionar sobre mis palabras, asimilando la complejidad de la situación.

—Entiendo que tus sentimientos hacia Luke te llevaron a tomar una decisión extremadamente difícil. Pero ¿no crees que manipular la relación de tu prima y convertirte en su amante fue injusto tanto para ella como para Luke?

—No soy perfecta, Nathan—me encojo de hombros—. Tomo decisiones estúpidas y luego me arrepiento, como por ejemplo, decir que me he acostado contigo con tal de herir a Adiele.

La puerta de la habitación se abre y Dan aparece. Frena en seco al vernos a Nathan y a mí bebiendo té en la isla de la cocina.

Tiene ropa de entrenar.

¿Por qué me siento culpable si no estoy haciendo nada malo?

—Nathan...—le dirigió la atención a su hermano, fingiendo que no se había sorprendido por encontrarlo en la misma habitación que yo—¿Por qué no están preparándose para la noche de opera?

—¿Noche de opera? —frunzo el ceño—. No sabia nada sobre eso.

—Bueno, porque lo han anunciado en la lista de eventos a las que debemos asistir—me explica Dan, un poco testarudo—. Es obligatorio porque nos obligan a interactuar y hablar con los "otros" —me explica, dirigiéndose al baño, toma el picaporte y nos mira—. Ve a cambiarte, Nathan. Nuestra madre no quiere que faltemos a esas cosas, al menos para mantenerla contenta.

—No tengo ganas de ir y creo que mi ausencia dice más que otra cosa—responde con desinterés aún con la taza de té en su mano.

Dan parece irritarlo un poco esa respuesta, por lo que dirige otra vez su atención a mí.

—Darya tiene un vestido rojo para ti, me ha dicho por mensaje que pases por su habitación a buscarlo.

Antes de que pueda negarme, se mete en el baño. Escucho el sonido de la ducha unos minutos más tarde.

Nathan y yo nos quedamos viendo, extrañados por su comportamiento tan...¿confuso?

—Le gustas—sentencia Nathan, bajándose de la butaca.

Me rio.

—Sí, claro—pongo los ojos en blanco.

—Te estoy hablando en serio, le gustas. No se ha acostado con ninguna chica desde que te conoció y te ha traído a vivir con él en la misma habitación—explica en voz baja para que no llegue a oírlo su hermano—. Dan es evasivo en el amor y ahora te tiene a ti, en cuatro paredes.

—Dan y yo somos amigos, nada más—aclaro.

—Bueno, creo que deberías dejarlo en claro porque a mi también me gustas, Evangeline—me da un pellizco ligero en la mejilla y se larga dejando la taza en el escurridor.

En las sabanas de un TelescoWhere stories live. Discover now