Capítulo 35

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CAPÍTULO 35

Después de enterarme de que Luke y Olivia tenían algo, sentí una oleada de emociones que recorrió mi cuerpo. Primero, la piel se me erizó, luego un escalofrío recorrió mi espalda y finalmente se transformó en un nudo en la garganta, dejándome con un sabor amargo en la boca. Me sentí derrotada por mis propias decisiones, incapaz de expresar lo que sentía, ya que fui yo misma quien permitió que esto sucediera en un intento de mantener una amistad con Luke.

Mientras estábamos en la habitación de Olivia, haciendo la tarea de Historia juntas en su cama, decidí enfrentar la situación y le pregunté directamente:

—Entonces, ¿lo de Luke y tú va en serio, verdad? —mi voz temblaba ligeramente, reflejando mi vulnerabilidad.

Olivia levantó la vista de su cuaderno y nuestros ojos se encontraron. Sus mechones castaños enmarcaban su rostro, y llevaba una playera holgada con una cadenilla colgando de su cuello. La expresión en su rostro mostraba cierta cautela antes de responder.

—Sí, va en serio Eva—contestó con suavidad, pero pude percibir un rastro de preocupación en sus ojos verdes.

El nudo en mi garganta se apretó aún más, y una sensación de tristeza y decepción se apoderó de mí. Me había traicionado a mí misma al permitir que esto sucediera, albergando secretamente sentimientos por Luke mientras intentaba mantener una amistad con él.

Haciendo un esfuerzo por ocultar mi desilusión, forcé una sonrisa que no fue del todo convincente.

—Me alegra por ustedes dos —dije, tratando de sonar sincera—. Solo quiero que sean felices juntos.

Olivia asintió, pero pude sentir una leve tensión en el ambiente. Ambas éramos conscientes de que nuestra amistad había cambiado, y no sabíamos cómo enfrentar esa realidad.

—Es un buen chico—agrega, para aligerar el ambiente—. Es gracioso, amable y siempre hay algún tema para hablar con él.

—¿Llegaron a...?

—¿Tener sexo? ¿De verdad quieres saber eso? —me pregunta como si se preocupara por mí.

Y que bien lo hacía.

—Sí. Bueno, sí quieres contarme—le digo, riéndome.

—No, aún no hemos tenido sexo—confiesa con cierta decepción.

Luke tiene algo que lo define y eso es querer montarse a cualquier chica que quiera y desee. Y lo consigue la mayoría de las veces por su personalidad tan magnética.

—Bueno, recién inician la relación, creo que tendrán demasiado tiempo juntos para poder experimentar algo tan hermoso como eso—le digo, sonriéndole.

Se me queda viendo, reflexiva.

—¿Por qué te veo tan entusiasmada por nosotros, Evangeline? Es decir, tú de verdad querías a Luke y de la noche a la mañana ya no sentías nada ¿conociste a alguien más?

Me hubiese gustado decirle que un sí honesto, sin embargo, su pregunta me dejó muda. Me tomé mi tiempo para contestar.

—Simplemente dejó de interesarme—le sonreí—. Y lo vi muy interesado en ti, por lo que me ocupé de tomar el rol de Cupido.

Olivia me sonrió, sonrojada.

—Bueno, está bien. Voy a hacer que te creo.

—Olivia hablo en serio—insisto—. Te deseó lo mejor con Luke.

***

Años después...

Era una tranquila noche, mientras descansaba plácidamente, fui despertada por el sutil sonido de pequeñas piedritas chocando contra el cristal de mi ventana. De inmediato, una sensación de alarma se apoderó de mí, y deseé fervientemente que mis padres siguieran sumidos en su sueño profundo.

Para mi asombro, al asomarme con cautela, descubrí que el responsable de aquella acción era Luke.

Deslizo la ventana hacia arriba, confundida.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto en voz baja pero firme.

—Voy a subir—me dice, sin intención de que suene a una pregunta.

Antes de que pueda decirle que no, logró trepar.

Mierda ¿qué demonios estaba ocurriendo? ¿Seguia aún dormida?

Una mezcla de curiosidad y preocupación se apoderó de mí mientras observaba a Luke desafiante, parado en mi habitación. A pesar de la sorpresa inicial, no pude evitar notar una chispa traviesa en sus ojos.

—Luke, ¿qué diablos estás haciendo? —exclamé en un susurro apresurado, tratando de mantener la calma.

Él soltó una risa suave y se acercó lentamente, como si estuviera jugando conmigo.

—Solo quería verte —respondió con una sonrisa traviesa en los labios—. Pensé que sería divertido sorprenderte esta noche.

Mi corazón latía rápidamente, una mezcla de emoción y confusión. ¿Qué le había llevado a aparecer de esta manera inesperada en mi ventana en medio de la noche?

—Luke, esto no está bien —protesté, aunque una parte de mí se sentía atraída por su espontaneidad.

Él se acercó aún más, acorralándome suavemente contra la pared.

—Luke, estás con mi prima. ¿Qué te pasa? —dije, colocando mis manos en su pecho para frenar su avance.

Había logrado ganarme el cariño de su familia, su madre me apreciaba y su padre me adoraba. Incluso sus hermanitas preguntaban por mí constantemente. Mis padres también lo conocían bien, ya que asistía a nuestras reuniones familiares. Era el novio oficial de mi prima Olivia, a quien quería muchísimo, y ahora, aquí estaba, desafiando los límites.

—Lo sé todo, Evangeline. Sé que estuviste enamorada de mí durante años y te hice sufrir como nunca antes —confesó Luke, su voz llena de turbación—. Lo sé todo, Olivia me lo reveló.

Retrocedí, alejándome de él, tratando de procesar la avalancha de emociones que invadían mi ser.

—¿Qué? Yo...

—No puedes negármelo, lo veo en tus ojos. Mentirme sería lastimarme a mí —me escudriñó con su mirada intensa—. ¿Sientes algo por mí, Evangeline?

Todo esto que estaba ocurriendo era como un sueño hecho realidad, algo que había imaginado millones de veces en mi mente.

Tomé un momento para respirar profundamente, tratando de encontrar la claridad en medio del caos emocional.

—Mentirosa—me sonríe, caminando directo hacia mí.

Me toma el rostro con ambas manos y me estampa un fuerte beso en los labios.

Un torbellino de emociones me invadió. Sentí la electricidad del contacto de sus labios y mi corazón latía desbocado en mi pecho. Por un instante, dejé que la pasión se apoderara de mí y me permití disfrutar del beso.

Y esas noches se hicieron una costumbre. Luke me estaba dando el lugar que nunca quise pero tampoco queria alejarlo del todo porque sabia que eso me dolería más.

El papel de amante dolía muchísimo y eso era lo que él me ofrecía porque tampoco lo vi decidido dejar a Olivia por mí.

Es decir, seguíamos compartiendo las cenas familiares.

Seguimos saludándonos en la escuela mientras los tres amigos nos sentábamos en el césped para charlar de la vida.

Y cuando llegaba la noche...Luke iba directo a casa a darme el beso de las buenas noches.

En las sabanas de un TelescoWhere stories live. Discover now