Capítulo 44

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CAPÍTULO 44.

EVANGELINE BROWN.

Me duele que a veces el corazón a veces te pida un amor.

Me duele que a veces sea en el momento que no deseas estar con nadie por en el lugar en donde estas.

Utopía de mierda.

Desde que llegué a The Moon lo único que he conseguido es que me lancen piedras, publiquen mi vida privada en redes sociales, me saquen fotos comiendo y ahora todos sepan de mi pasado.

Adiele me lo había sacado en cara y lo había convertido en una gran burla.

Agradecí que su madre fuera su karma pero tampoco me sentía orgullosa que le devolvieran el mismo golpe que a mí.

Disfrute verla asustada pero aún tenia en mi cabeza sus gritos desgarradores mientras veia Buscando a Nemo con Dan.

—Dory.

Salgo de mis pensamientos y miro a Dan.

—¿Qué?

—Que eres Dory—repite, con una sonrisa.

Estamos sentados en la cama con un bolt de palomitas en el centro del colchon. Todas las luces están apagadas y solo el televisor ilumina la habitación.

—Lo siento—me disculpo.

—¿Qué ocurre? — Dan pausa la película.

—Este pueblo me está hundiendo, Dan.

Lo veo torcer el labio, apenado.

—Mi bienestar mental se está deteriorando progresivamente, y tengo la esperanza de poder alejarme algun día de este pueblo—suspiro—. No tengo intención de casarme, no me interesa hacerlo, y siento que estamos siendo sometidos a demasiada presión en ese aspecto. También me preocupa que puedas estar desarrollando ilusiones respecto a mí.

Dan no me dice nada, sólo se me queda viendo, escuchándome.

—¿Me estás diciendo que te han subestimado tanto que crees que cuando alguien te invita a ver una película juntos y compartir palomitas, lo hacen con segundas intenciones? —me pregunta.

Me quedo en silencio, observándolo.

—Dime quien fue y lo mato, Evangeline—agrega, deslizando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Débilmente sonrío.

—Lo que si tengo ganas es que mi primera vez sea contigo—confieso—. Quiero tener sexo contigo, Dan—miro la pantalla de la tele—. Aunque podríamos terminar de ver Buscando a Nemo prime...

—A la mierda Nemo, todos mueren ahogados—me dice, tomando mi rostro bruscamente y me besa.

No esperaba que me besara de la manera en que lo hizo. Si bien percibo a Dan como un chico tranquilo y divertido, imaginármelo serio en el sexo no se me viene a la cabeza.

Sé que ha estado tanto con hombres como mujeres, porque aquí, en la tierra de las bodas y los felices para siempre hay una fuerte presencia en el sexo clandestino con extraños para quitarse las ganas.

El beso se intensificó, bruto, agresivo e hizo que las cosquillas en mi vientre, aquellas mariposas que aleteaban con tan solo tener su presencia a mi lado, decidieron bajar y aletear en mis partes intimas cuando una de sus manos viajó a mi pecho.

Empezó a dibujar en círculos con su dedo en mi pezón, logrando que jadee contra su boca.

—Te juro que este no era mi plan—me aclara en un susurro mientras me besa el cuello y vuelve a besarme en los labios.

En las sabanas de un TelescoWhere stories live. Discover now