19 • (L) Take a Shower

1K 44 0
                                    

•°•°•

Camila Cabello P.O.V.

Las tardes de domingo suelen ser melancólicas y frías. Las horas pasan más deprisa, mientras suplicamos que no se vayan. Y en Detroit no fue diferente. Considerada la ciudad más grande del estado de Michigan, en el Medio Oeste, Detroit tiene tantas atracciones turísticas como deudas externas con el gobierno estadounidense. Yo podría mencionar la gastronomía, los museos o tantos otros lugares de interés neoclásico de allí. Sí, realmente podría, esto es, si hubiera estado allí.

Ya fuera por la apretada agenda de la agencia o por la exagerada preocupación de Lauren, por el aterrador índice de violencia urbana, tuve que disfrutar de mi noche de domingo en una habitación de hotel, sola.

Si me hubieran parado hace poco menos de un mes, no habrían visto toda esta frustración mía por estar sola.

Y si yo estaba así, era por su culpa, al fin y al cabo, la noche en Charlotte había malacostumbrado a mi ansiedad. No solo en Charlotte, por supuesto, ya que habíamos tenido la misma experiencia en Los Ángeles, San Diego, Boston y Seattle.

Desde entonces, no hubo noche de este viaje en la que haya estado sin ella. Por desgracia, Detroit iba a ser la primera, ya que Lauren estaba ocupada en Atlanta, organizando los próximos eventos. Estaría fuera por dos días más. Y te garantizo que nadie podría echarla tanto de menos como yo me estaba sintiendo ahora mismo.

Más que el placer carnal, era la forma en que la mujer se convirtió en mi confianza mientras desfilaba.

Así que, para no atormentarme por el "casi bochorno" que había causado en las pasarelas de Detroit, no me quedó más remedio que descansar durante la noche.

Tras un baño caliente y una cena que ordené, me tiré en la enorme cama, poniéndome los auriculares inalámbricos, porque si no podía tenerla conmigo esta noche, al menos podría recordar lo que era sentirla como lo había hecho en Charlotte.

Flashback on

Eran exactamente las 23:45 cuando Lauren y yo bajamos de la limusina. Nos reíamos a carcajadas de la botella de champán que se había derramado sobre el asiento y sobre su cuerpo. Nos reímos de la posible cara del conductor al darnos cuenta del ruido que habíamos hecho durante aquellos tres rapiditos. Nos reímos aún más cuando ella cerró la puerta, el conductor arrancó el coche y noté que me había olvidado el móvil y los tacones en el coche.

— Él volverá a recogerte, no te preocupes. — fue lo que dijo en cuanto cesaron las carcajadas.

— Solo quiero recuperar mi móvil. — mi respiración se hizo más lenta al sentir mis muslos completamente resbaladizos por la lubricación. — ¿Dónde estamos? — miré a mi alrededor, me encantaba el paisaje verde del lugar, sobre todo porque las casas estaban a cinco o seis árboles de distancia de aquella en la que nos encontrábamos.

Patios cubiertos de césped, buzones en su debido sitio, las casas geométricamente bien planificadas en un rectángulo vertical y un barrio aparentemente tranquilo.

— En un barrio noble de Charlotte. — Como si estuviera en su posesión, Lauren me rodeó la cintura con uno de sus brazos. Luego me guio hasta la puerta principal del adosado.

— Ah, sí. — Le dediqué una media sonrisa apenada y volví a mirar alrededor, esta vez temerosa de que alguien pudiera estar espiándonos.

— Relájate, baby... — La vi sacar una llave de su bolso. Aun así, no me soltó de su brazo. — Aquí es mucho más privado que en la limusina. — bromeó y enseguida siento que me ardían las mejillas.

La Amante de mi Esposo (ℭ𝔞𝔪𝔯𝔢𝔫) - TraducciónWhere stories live. Discover now