+18 (fanfic hot)
Camila Cabello va tras la supuesta amante de su esposo para exigirle explicaciones. Lo que ella no esperaba era encontrarse con una mujer tan dominante y poderosa como es la magnate de la Agencia de Modelos, Lauren Jauregui.
- El c...
Sombra de ojos, delineador, pintalabios nude, una piel bonita y un traje llamativo. Eso es exactamente lo que le pedí a Tiffanny, mi diseñadora de vestuario, antes de entrar en su sala de preparación.
Nota: Lauren lleva una camisa de vestir blanca debajo.
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Hoy era el gran día, el día del juicio de Ariana. Para ello, necesitaba estar presentable y lo mejor posible para poder aspirar la victoria.
Cosa que, de hecho, ya esperaba.
Estábamos con suerte, porque en las últimas semanas, mi equipo y yo presenciamos inesperadas renuncias por parte de los testimonios a favor de Ariana, como fue el caso de Demi Lovato y Rebecca - o Becky, como prefieran.
Resulta que ahora la Srta. Grande solo tenía cuatro testigos, dos de los cuales eran antiguas modelos mías, la prima contadora de Demi y la más sorprendente de todas, Keana Marie.
— Permiso. — Allysson es la que llamaba a la puerta, entrando antes incluso de obtener permiso. — Vaya... — sonrió. — Eso es lo que yo llamo un "look" de victoria, Lauren.
— No será diferente, ¿verdad? — Le guiñé un ojo mientras mi diseñadora de vestuario y maquilladora, Tiffany, terminaba su trabajo.
— En absoluto. — sonrió. — Vengo a avisarte de que está todo bien con nuestros testigos. Lucy Vives y Alexa Ferrer ya están en coches separados de camino al Tribunal.
Mi ex mujer llevaba alejada de Jaguar's desde el incidente, cuando descubrió unas vagas relaciones que yo mantuve con Lucy, que para aquel entonces era su mejor amiga.
Dejó claro que después de declarar, dejaría la agencia y rescataría sus acciones de la sociedad.
— Dile a Dinah que las mantenga alejadas, por favor. — Se lo pedí.
El problema no era Lucy, el problema era Alexa, que, debido a su gran temperamento, no era capaz de mantener sus emociones bajo control.
Un ejemplo de ello fueron los destrozos que causó en mi sala, donde consiguió derribar el aire acondicionado cuando lanzó al techo el jarrón irlandés de mi difunta abuela.
— Ya están avisadas y hay un buen equipo de Normani preparando la escolta.
— ¡Maravilloso!
Todo estaba yendo bien desde el veintisiete de diciembre. En primer lugar, con respecto a los medios de comunicación, ya que volvieron a ser correctos y coherentes conmigo. En segundo lugar, la cuestión de las amenazas del número desconocido: desde que Olivia abandonó la ciudad, no se había enviado ningún mensaje pidiendo mi "respuesta".
