09 // why are you so afraid of him?

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▶『 Chamonix, Francia 

Abril, 2023   


Claramente salía del gimnasio mientras el resto conversaba en el gran salón. ¿Porque suena como algo que podría haber hecho yo perfectamente? Pero no quito la sonrisa de su rostro mientras yo pensaba en que contestar.

―Pues es de mala educación negar una invitación―respondí con simpleza y él asintió.

―Me alegra que no lo hayas hecho, hasta recién pensé que no vendrías.

―No estuviste tan lejos.

―¿Ibas a negarte?―pregunto relamiéndose los labios como si la respuesta fuera obvia. Nadie se negaría a pasar el tiempo con pilotos. Claro.

―¿Qué razones tenía para aceptar?―me encogí de hombros y Max se quedó en silencio como si esperara algo más de mi. 

―Por supuesto―bajo la mirada como si ahora comprendiera apretando los labios y me quedé mirando cada uno de sus movimientos. 

―Irás a la cena ¿Verdad?―pregunté con nerviosismo intentando llenar el silencio de la manera más rápida y ridícula. Era obvio que iría.

―Si ¿Tu?

―Creo que estoy invitada a eso, tambien―sonreí sin mostrar los dientes y Max sonrió, pero divertido, como si algo de lo que dije fuera divertido.

―Bueno, entonces me alegraré de verte ahí tambien.

―Eso espero. Te prometo no decir nada doloroso―bromeé y él rió.

―No me molestaria si terminara como la última vez―suelta como si fuera tan fácil recordarlo y palidecí más que nerviosa al recordar lo poco que mi cabeza había registrado. Gire a ver ambos lados del pasillo y luego me acerque más a Max bajando la voz.

―No recuerdo exactamente qué fue lo que sucedió, Max. Pero creo que lo mejor sería que lo dejemos ir ¿Te parece?―sugerí y él alzó sus cejas al escucharme. Parecía sorprendido.

―Sí, seguro. Tampoco fue algo tan importante, no tienes por que preocuparte―dijo relajado y suspire aliviada. ―Te veo luego―se despidió antes de irse pero pregunte donde estaban todos antes de que desaparezca. Max me indico que el gran salón se encontraba a dos puertas de donde estábamos y agradecí que nadie hubiera salido de allí. No me quedé a ver cómo se iba, porque yo lo hice primero.

―¡América!―exclamó Danny al verme y se levantó de inmediato para saludarme. Mick, que se encontraba sentado de espaldas en uno de los sofás con Laila, se giró al escuchar la emoción de Daniel y pude verlo sonreír antes de que el australiano me tome entre sus brazos para darme la bienvenida haciéndome girar sin tocar el suelo. Daniel tenía demasiada energía, de esa que a veces asusta a los introvertidos como yo, pero era Danny al final del día. Siempre me había caído bien, era increíblemente bueno y podía serlo aún más, pero temía que él ya creyese que su tiempo de gloria había terminado. Ahí es cuando todo termina para un piloto. Si no crees en ti mismo, entonces estás fuera, y la línea que separa ambos polos es tan fina que para cuando lo notas ya estas cayendo del lado equivocado.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora