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▶『 Faenza, Italia 』

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▶『 Faenza, Italia 

Octubre, 2023   


Cuando llegue a casa después de de México, fue como si mi cuerpo sintiera un profundo alivio al no encontrar rastro alguno de lo que eran las carreras, no acostumbraba a tener los trofeos o cascos a la vista, no tenía nada relacionado con la fórmula que pudiera recordarme que me había rendido. Cuando llegue a casa despues de Mexico, el silencio era casi terrible. Jean no volvió a dirigirme la palabra y entonces supe que tambien nuestra amistad se había acabado. Jean después de muchos años se había cansado de mí, no podía culparla. Era de las personas que más quería en el mundo y aun así había logrado lastimarla. Había logrado lo que nunca creí que sucedería y es que Jean no volvió a hablarme.

Había demasiado silencio. 

Podía escuchar las aves en el exterior desde la sala con los ventanales abiertos al jardín y el sol mañanero haciendo el césped más brillante, pero no escuchaba las llamadas o mensajes de Jean. Ella misma me había dicho que a veces por mi propio bien iba a tener que hacer cosas que no fueran buenas.

Pues aquí estoy, dándome el tiempo para sanar, dándome el espacio, dándome la oportunidad.

Repase nuestra última conversación durante horas y días enteros.

Si ella en verdad me comprendiera hubiera entendido que no lo hacía por Max. Eso me destruyó por completo. 

Me había resumido a simplemente eso, a él. Se sentía como una bala hirviendo en mi pecho perforando con fuerza constantemente. Me había rebajado a un hombre por más que fuera él.

¿Por Max? Dios, yo en verdad lo aprecio, pero... No era por él que hacía esto y me dolía en el alma que ella no pudiera entenderlo. Ella más que cualquiera. Me dolía en el alma que siendo la única persona que me conocía y sabía todas mis razones, de igual manera haya logrado apartarse de mi vida. Me dolía porque... aunque no quisiera admitirlo, quizás deba entender sus palabras, algunas de ellas. Más que nada cuando hablo del sacrificio de mi madre. Lo que mi madre había luchado para que pueda correr no tiene comparación, no puedo rebajarlo a lo que me sucedió este año.

Era mi culpa y siempre sería mi culpa. Era mi culpa porque era la única que podía controlar mi vida. Era mi culpa porque solo estaba yo en esta habitación. Era mi culpa porque era mi vida. Era mi culpa porque debí haber tomado otras decisiones, debí de haberme retirado antes, quizás siquiera debí seguir corriendo en F2. Debí de haber terminado mi carrera en Lund y aceptar un trabajo en alguna escudería como mecánica o ingeniera desde un inicio, quizás estudiar otra cosa en paralelo. Era mi culpa porque nunca había sido capaz de entender el porqué la vida me ponía tantos obstaculos. Era mi culpa por siempre culpar al resto. Era mi culpa por ser tan terca y necia.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora