56 // surprise

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▶『 Monte Carlo, Mónaco 』

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▶『 Monte Carlo, Mónaco 

Septiembre, 2023   

Con la mirada fija y perdida en mi reflejo en el espejo frente a mí, comprendí a lo que se refería Christine con aceptar quien era. Debía aceptar que era Capri Persson, debía aceptar la vida que Capri Persson podía tener y que siempre me había privado de tener. Al aceptar a Capri Persson, tambien aceptaba la forma de vida y las cosas buenas que eso traía. Comprar un vestido y un abrigo no significaría que deje de invertir mi dinero en fundaciones o que deje de enviarle dinero a mi madre para sus gastos.

Había trabajado muy duro toda mi vida para convertirme en lo que hoy era. Había trabajado duro toda mi vida para no tener que privarme de nada jamás. Y acá estaba, cuestionándome como una tacaña el valor de un par de prendas.

―Al carajo―murmure y pude ver a Daniel sonreír orgulloso a mis espaldas. ―Llevare esto y esos zapatos―señale un par que había visto en la vidriera al dirigirme a la empleada de la tienda quien se alejó para buscar mi talla. ―Supongo que al final me lo merezco―suspire.

―Más que nadie, Capri―asintió Daniel antes de cerrar las cortinas dejándome sola y en silencio con mi reflejo. No era fácil ignorar esa voz que me decía lo contrario todo el tiempo, pero el vestido era precioso y el abrigo y los zapatos igual. Danny ya lo había dicho, no estaba pagando solo por la ropa, pagaba por la experiencia y el sentimiento.

Pasamos por varias tiendas antes de que encuentre un regalo decente para Max, no era lo que esperaba, quería algo más significativo para su primer cumpleaños que pasábamos juntos, quería algo que se lo recordara por siempre y que no pudiera conseguir en cualquier lado. Caminando por el centro, Danny encontró una tienda de chucherías y entre risas me enseñó una caja de música de madera pequeña a la que al darle cuerda, viejas melodías salían de ella. Me acerqué sonriendo con diversión y observe el estante repleto de pequeñas cajas de música de madera clasificadas por bandas o cantantes, mi mirada se centró en las de The Smiths y busque aquella con la canción que bailamos con Penélope en la sala del departamento de Max la primera vez que me quede aquí. Era un regalo tonto y bobo, pero era algo provisorio hasta que se me ocurra algo mejor para darle.

Danny y yo corrimos a su viejo penthouse para prepararnos y por primera vez en mucho tiempo me sentí satisfecha conmigo misma, con mi cuerpo, mis curvas, mis pechos, mis piernas, mi silueta. No era solo un vestido, no era solo ropa o dinero. Era este momento del proceso donde debía comenzar a sentirme bien a pesar de escuchar como una parte de mi intentaba convencerme de lo contrario constantemente.

Me gustaría poder decirle a Max la verdad, ser fiel a mis promesas sobre ser sincera con él más que con nadie. Me gustaría poder otorgarle mi total confianza sobre esto, pero no se trataba de que desconfiara de él, sino de que estaba realmente aterrada. No creo que él pueda sostenerlo, no creo que él pueda aceptarlo. Así que decirle la verdad... Significaría el final definitivo para esto que teníamos. Ya ni siquiera me importaba como el resto de las personas podría saberlo, me importaba Max.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora