41 // the old track

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▶『 Estocolmo, Suecia 』

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▶『 Estocolmo, Suecia

Agosto, 2023   


El entrenamiento a la manera Schumacher era estupendo. Y no porque comenzará a dar resultados, sino porque no había tiempo de pensar en otra cosa que no sea el presente. Debía estar atenta al momento, a lo que hacía, a cómo reaccionaba. Los ejercicios de Michael era sumamente eficientes y en su gran mayoría nunca los había intentado. Sarah se unió al equipo en la semana y comenzamos con los ejercicios de reflejos con pelotas, era extremadamente buena en eso, pero podía notar el pequeño fallo después de una semana sin entrenar.

Para el quinto día de entrenamiento, mi tobillo y muñeca comenzaban a hacerse notar y para evitarlo tomaba los medicamentos que los médicos me habían recetado. No soy del tipo de persona que le dé demasiada importancia a lo que los médicos dicen, soy terca, lo reconozco. Pero cuando dijeron que mejoraría en un tiempo, no se referían a que pudiera volver a la pista para el siguiente GP y esos eran los tipos de desafíos que me fascinaba. Dijeron que en un par de días todo volvería a la normalidad, una normalidad que me permitiera recuperar la movilidad mediante pequeños pasos. Pero yo nunca entendí de ciencia o religión. 

―Hoy haremos algo diferente―anuncio Michael el viernes. Habíamos acordado que los viernes dada mi sesion con la psicóloga, entrenaríamos toda la mañana hasta la tarde y luego podía descansar. Los martes, por otro lado, mi sesión era temprano por la mañana, por lo cual en cuanto terminaba corría directo a entrenar.

Hablar con Christine me hacía darme cuenta de ciertas cosas en mi vida que había aceptado con normalidad. Cosas que de hecho no debían ser normales.

―¿Tienes pensamientos negativos, Capri?―me pregunto el martes.

―Lo normal, supongo―respondí con despreocupación.

―Lo normal sería no tenerlos―contestó ella y procedimos a hablar sobre la no-normalidad de mis pensamientos negativos. El 80% de mi cerebro estaba colmado de ellos. Inseguridades, autosabotaje, ansiedad, autoexigencia, todos formaban cúmulos de pensamientos negativos con los que había aprendido a vivir para no batallarlos. 

No había nada en la pista que superar, más que mi propia mente. No había nadie a quien retar más que a mi misma. Yo y ese arduo recuerdo que ponía sobre mi nariz como castigo sombrío para aprender.

―¿Que haremos?―le pregunté a Michael con el ceño fruncido sujetando mi bolso dado que apenas había ingresado al gimnasio. 

―Saldremos. Sígueme―sonrió confiado y eso hice. Deje el bolso y junto con Mick, los tres caminamos lejos del gimnasio. ―Estocolmo es hermoso―halago mirando todo a su alrededor.

―Un poco deprimente, diría yo―comente.

―¿Porque lo dices?―Mick se giró a verme confundido.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora