48 // no way out

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▶『 Haarlem, Países Bajos 』

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▶『 Haarlem, Países Bajos

Agosto, 2023


Pedí permiso educadamente y me levanté de la mesa escuchando como Michael y Corinna le reprochaban a Jos cuan duro y desagradable se había comportado.

―Ella no tiene la culpa, Jos. Es su trabajo―discutió Corinna.

―Lo dices porque no es tu hijo―le contestó.

―Lo decimos porque sé muy bien quien es América y si vas a hablar de ella primero deberías limpiarte la boca porque estoy seguro que le ha sacado más alegrías y sonrisas a tu propio hijo que tú mismo―contestó Michael sumamente enojado y me encerré en el baño de huéspedes.

Bueno, al menos no me había quedado callada.

―¿Am?―escuche a Max del otro. ―Am, soy yo...

―Estoy bien, Max. No te preocupes por mí―respondí con sinceridad. No estaba mal.

¿Estaba ofendida? Ni siquiera eso, sabía lo que podía esperar de su padre. Pero para mi suerte, había dejado en claro quién era ese nombre frente a las personas que quiere, si es que quiere y tiene sentimientos.

―Am, lo siento muchísimo. En serio no tienes una idea de cuánto lo lamento. Si pudiera...

―No―negué abriendo la puerta y encontrándome con Max sosteniéndose del marco de esta. ―No te disculpes por él. No es tu culpa. No es nuestra culpa que nuestros padres sean una mierda, así es la vida, Max.

―Pero no tenía derecho a tratarte así. Puede hacerlo sobre mi, pero jamás lo hará sobre ti...

―Dejalo así ¿Esta bien? No sigamos arruinandole el cumpleaños a tu madre por la incapacidad de tu padre de tolerar opiniones ajenas y contrarias. Ahora si me permites necesito hacer mis necesidades―sonreí para demostrarle que todo estaba bien, pero él no quedó muy convencido. Max se acercó hasta mí dejando un sutil beso y sonreí en sus labios.

Sí había sido fuerte lo que había sucedido, pero no me arrepentía. Al menos había tenido el valor de enfrentarlo y poder controlarme al respecto. Si hubiera sido la persona que era hacía un par de meses, probablemente nada de esto hubiera terminado bien. Pero aprendí a desistir, respirar y retirarme no solo por el bien de los demás, sino por el mio. Dije lo que tenía que decir y le demostre que me era más necesario hacer mis necesidades que continuar discutiendo una estupidez como la suya.

Mientras me lavaba las manos y pensaba en ello, mi telefono comenzo a sonar. Era Jean.

―¿Si?

―¿Interrumpo?―preguntó ella divertida al respecto.

―No, de hecho es un buen momento. Acabo de discutir con Jos Verstappen acerca de Capri Persson en el cumpleaños de la madre de Max con los Schumacher en frente. Creo que es un buen momento para que llamaras―reí sin poder entender perfectamente lo que acababa de pasar.

Capri Persson ⸻ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora