Capitulo XX: La Obra Canadiense

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Los ingredientes estaban en la licuadora; era cuestión de apretar el botón en el momento indicado para que toda la porquería se derrame.

No sin objeciones, claro está.

—¿Quiénes son ellos? —Allyson preguntó al notar un gran grupo de personas reunidas a las afueras de Hopewell High, aquella mañana de clases.

—Gente sin empleo ni sentido de obligación para con sus familias —Jake comentó.

—¿O sea...?

—Manifestantes.

Así era: eran un grupo de jóvenes y activistas con pancartas en mano y cantando consignas, indignadas ante la idea de una puesta en escena dedicada a uno de los peores canadienses que el verdadero norte, fuerte y libre ha dado hogar.

—¿Crees qué esto pueda acabar mal? —Allyson preguntó.

—Hey, si esto distrae a la autoridad en eso de dar clases, por mi no hay problema —replicó Jake para después acercarse un poco al grupo—. ¡Vamos camaradas! ¡No podemos dejar que estos cerdos fascistas se salgan con la suya! ¡Hasta la victoria por siempre!

—¿Qué fue eso? —la pelirroja preguntó, caminando a lado de su compañero por los pasillos del colegio.

—Una demostración de mi apoyo sincero...

—¿Los picabas para ver si alguien rompía algo?

—Si los ojos de los maestros están en ellos, no estarán sobre mi.

—¡Chicos! ¡Chicos! —Sarah gritó a la lejos—. ¡Aquí estoy!

Sarah se les acercó, y a pesar que en todos estos años de amistad que han tenido con esa jovencita, y que quizá ya deberían estar acostumbrados a todo acto demente, idiota, o cualquier otro que pudiera calificar con ambos términos, no pudieron disimular ni esconder sus rostros de asombro al ver a su amiga vestida del modo en que lo estaba.

—Sarah...según veo, llegaste temprano —Allyson señaló.

—¡Oh bueno! ¡Es que hoy es diferente! —contestó gustosa la morena —. ¿A que no adivinan que fue lo que me ocurrió?

—¿Decidiste empezar una nueva moda que conlleve el uso de esvásticas en los antebrazos?

—¿Qué dices?

—Tu...cosa esa en el brazo, querida...quizá una explicación nos vendría bien.

—¡Ah, te refieres a esto! —Sarah señaló a la banda en su extremidad izquierda—. Sí, es que quería verán...hice audiciones para la obra de teatro que escribió la abuela de Allye, ¡y me dieron el papel!

—¿Te dieron el papel? ¿C-cuál papel?

—¡El principal!

—¿Tú, tú, una mujer judía mestiza harás a un hombre, racista y blanco?

—¿Debí impresionarlos, no es así?

—No creo que tanto como nos has impresionado a nosotros...

—Espera, ¿cómo harán funcionar esto? —preguntó Jake.

—Cambiaran el personaje de “Don” a “Donna”.

—Es gustoso ver como hay igualdad de géneros cuándo se trata de ideas horribles y reprobables —Allye murmuró—. ¿No podrías...por favor, quitarte eso? —señaló a la banda con el símbolo.

—¡Oh, bueno! —Sarah obedeció la sugerencia—. Es que quería estar lista para los ensayos, pero creo que impresiona demasiado, ¿no es así?

El Club De Hopewell: La Tercera Es La VencidaWhere stories live. Discover now