Capitulo XLV: Seis Chicos en Pugna

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Cuándo eres llevado a la fuerza hacia un lugar desconocido (o más bien, la antigua aula de química, disfrazada de “lugar desconocido”) uno espera que esa figura con la que te topas y es el encargado usual de exponer un poco más de contexto tenga una presencia más firme y amenazante, y no un alumno del club de cine que sigue hablando como si la pubertad no lo hubiera abandonado todavía.

—Creo que tenemos derecho a saber que hacemos aquí —Allyson aseveró.

—¡Silencio! —ordenó Toto alzando su dedo indice derecho con su mano izquierda

—¡Óigame, no me hable así!

—Eso no sonó como esperaba, ¿acaso las bocinas no están funcionando?

—¿¡De qué coño hablas!?

—Es que se supone que cada vez que dijera algunas palabras claves había cierto eco o resonancia, pero parece que tenemos un problema con el audio y...

—Basta de luces y estéreos, diva del teatro —Jake interrumpió—. Creo que lo que queremos decir es, ¿por qué están vestidos como un club gay de masones?

—¡Les dije que lentejuelas era una mala elección! —reclamó una compañera al fondo a la derecha respecto a Toto.

—Esa voz también la conozco —Allyson notó—. ¿Eres...? ¿Gabrielle? ¿Gabrielle Dimitriadis? ¿La loca que metió a Jake en eso de la política?

—¿No estabas siendo juzgada por fraude a la escuela o algo así? —inquirió Sarah.

—Mi caso se ha congelado de momento.

—¿¡Qué!? —los tres muchachos reaccionaron.

—¡Oh, vamos! ¿Les sorprende tanto así? En una escuela dónde tuvimos a un fugitivo de las cortes internacionales y un ataque de zombis provocado por la poca ética corporativa de una compañía sin alma que busca controlar nuestras dietas y...

—¡Ay Gaby! ¡Yo soy feminista de cuarta ola y hasta a mi me hartan tus discursos moralistas! —la pelirroja le comentó —. Pero, ya en serio, ¿no creen que una explicación o dos aclararía algunas dudas?

—Vale, creo que es lo mínimo —Toto se apoderó de la palabra—. ¡Ustedes serán juzgados por..!

—¿El Concilio de Figuras Sombrías y Misteriosas?

—Em...sí Sarah...de hecho así...¡Les dije que había que meterle más cabeza a la hora de nombrar nuestro grupo!

—¡Por favor, pasen en la narración! —de nueva cuenta, Allye, Jake y Sarah pidieron a una sola voz.

—Bien: somos un grupo secreto conformado por algunas de las mentes más destacadas de la escuela con el fin de poner orden que reine sobre el caso de los pasillos de Hopewell High.

—¡Uy, ni que lo digan! ¡Han hecho un estupendo trabajo! —Jake les contestó—. ¿Entonces son ustedes con los que puedo hablar para que por fin se encarguen del oso?

—Eso es lo de menos —Allyson indicó—. ¿Qué tenemos que ver entonces nosotros tres? ¿Tienen un problema acaso?

—¿De verdad, Allye? ¿De verdad no crees que todos aquí tenemos un problema? —Toto manifestó.

—¡Coño! ¡Cierto! —la pelirroja maldijo mientras volteó por un segundo al suelo—. Va, entonces, ¿esto es una especie de juicio, no?

—Más tarde hablaremos de eso—Toto sonrió—. Siempre me pareciste más lista qué esa bestia bruta y esa puta barata con la que te juntas.

—¡Momento, momento italianucho! —Sarah irrumpió el argumento—. ¡A mi nadie me dice bestia bruta!

—¡Vamos a juzgarlos por todo lo que nos han hecho! ¡Y es que ustedes han provocado gran daño e infligido enorme dolor a las vidas de los estudiantes!

El Club De Hopewell: La Tercera Es La VencidaWhere stories live. Discover now