Capitulo XXXII: Jakestroika

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Un colegio en un suburbio clasemediero de Toronto se encontraba al borde de un conflicto insospechado e inesperado (sin mencionar, un poco ridículo).

—Todo comenzó cuando el oso rojo pisó terreno del Sol Naciente, y las cosas en Hopewell High nunca volvieron a ser las mismas. Hola, me llamó Sarah Greenberg, y seré su corresponsal de guerra explicando las causas de este conflicto sin sentido entre el club del anime y el club de animitsiya...y realmente espero haber pronunciado bien eso último. En fin, proseguiré: a lo largo de estos días, hemos presenciado la horrible escalada entre ambos bandos tratando de infligir mayor daño hacía el otro. La semana pasada, vimos a los ruskies incrementar su área de influencia hacía otros alumnos y reclutando nuevos miembros. Los otakus han reaccionado poniendo altoparlantes con música J-Pop a todo volumen que a pesar de haber molestado a la gran mayoría de nosotros, han logrado obtener nuevos fieles entre chicas con poco gusto musical y chicos con fetiches de mujeres asiáticas...

—¿De nuevo estás con el "gimmick" de narración tipo documental? —Allyson preguntó, mientras veía a su amiga narrar frente a una cámara, frente a las puertas del colegio, justo antes de que las clases comenzaran—. ¿No lo habías usado como en tres o cuatro capítulos atrás?

—¡Sólo piénsalo, Allye! —La morena, retirando la atención de su cámara, sonriendo, exclamó—. Sé que no es la gran cosa, ¿pero cuándo tendré la oportunidad de narrar una guerra de verdad?

— Esto no es una guerra, Sarah. Es sólo una pelea de dos nerds para ver si los monitos de "Hiroshi" son mejores que los monitos de "Svetlana".

—¡Vaya manera de desanimar! ¡De nueva cuenta Allyson arruina la diversión!

—¡Yo no arruinó la diversión! —reclamó la pelirroja con un puchero.

—¡Espera, tengo una llamada! —La gótica comentó para después tomar su celular—. ¿Aló? ¿Qué? ¿Plaga, hambruna del tercer mundo, conflictos sociales? ¡Ah, gracias a Dios! ¡Pensé que eran Allye y que me arruinarían la diversión!

—Juro que antes sólo eras "loca", no "idiota"... —Allyson pensó una idea que, probablemente hace eco en más de un espectador.

Antes que cierta pelirroja perdiera la paciencia y le arrancara la cabeza a cierta trigueña, Jake finalmente hizo acto de presencia. Pero había algo, o bueno, mucho de diferente en su apariencia, y es que verán, el joven es conocido por muchas cosas, pero ciertamente no vestir de un modo fastuoso y mostrando gran ostentación porque realmente no tenía nada que ostentar.

No obstante, ahora, desde el momento en que sus dos amigas lo divisaron...el cambio era evidente.

—Jake... ¿Esas son gafas Ray-Ban? —Allye preguntó—. ¿No son esas las que usan la gente que no tiene clase para creer que sí tienen clase.

—¿Y esas cadenas son de oro de verdad? —Sarah añadió por su cuenta—. ¡Porque las últimas eran de chocolate y no me diste!

—Veo que notaron que me ha ido bien —El joven, levantando sus gafas para descubrir su mirada, comentó.

—Te preguntaría si vendes droga pero SÉ que vendes droga —Allyson mencionó—. ¿Es por lo de los lelos de los dibujitos, cierto?

—Puede ser —guiñó Jake.

—Sólo sé que con eso que andas usando haces lucir a Kanye West como un icono de la elegancia.

—¿Qué? ¿No puedes estar feliz por mi, criticona? —el muchacho argumentó.

—Sé que de algo se tiene que vivir, pero te lo advierto de una buena vez: si te pones dientes de oro olvidate de besarme.

—Mejor...mejor hago una llamada —Jake marcó un número en su teléfono—. ¿Alo? Doctora Hinwood...hablo por lo del tratamiento...sí, creo que mejor lo dejaré de lado, al menos por esta vez.

El Club De Hopewell: La Tercera Es La VencidaWhere stories live. Discover now