Capitulo XLVI: De Repente, el Último Episodio

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  • Dedicado a Todos ustedes que creyeron en esta historia
                                    

Allyson se despertó, en una habitación acolchonada, con una camisa de fuerza, confundida y mareada, sin recordar cómo había llegado ahí.

Los especialistas habían seguido su caso durante años; ella seguía repitiendo nombres de esos chicos, “Jake” y “Sarah”. Pero ella nunca tuvo amigos; los doctores habían concluido, al notar las características de esos personajes a los que siempre se refería, que no eran más que proyecciones de su imaginación: Sarah era el tipo de chica, atractiva, audaz, fuerte que ella deseaba ser, y Jake, estoico, desafiante pero al mismo tiempo algo sensible el tipo de chico que le gustaría tener como pareja, y...

...no, esperen; eso es de mi Creepypasta. Sólo estoy bromeando; a continuación, comenzaré con el verdadero final.

Al recibir el último estudiante su diploma de graduación, y tomar asiento con el resto de la generación, el director LaFontaine se dirigió una última vez a ese grupo de muchachos que quizá no volvería a ver.

—Al verlos reunidos, actuando casi de un modo civilizado me hace pensar...que gracias al de arriba que no tendré que ver a muchos de ustedes...no, es, como pueden imaginar, sólo una broma. La verdad es que de todos los grupos de alumnados a los que he instruido, ¡ustedes son el peor!

Mas entre mayores eran sus intentos de hacerse el simpático, menos simpatía producían.

—Voy a ir al grano...ya que veo en ensayar esta rutina no sirvió de nada; podría decir algo conmovedor, algo emotivo, algo digno de ponerse en un libro o quizá una película...pero no soy bueno: no soy demasiado elocuente, ni ingenioso con las palabras. Soy un educador, debería inspirar, y espero que haya logrado algo de eso en algunos de ustedes, porque...a pesar de que suene extraño, ustedes me inspiran a mi. Ahora, van a comenzar una nueva parte de sus vidas, y no les mentiré: van a encontrar piedras, dificultades de toda clase, y en ocasiones van a sentir miedo, pero no hay nada allá afuera, más allá de los muros de esta escuela, con lo que sé que los ex-alumnos de la escuela con el mayor número de apocalipsis zombi por cabeza, así que, de modo simular, salgan afuera, y si la vida se quiere pasar de viva, ¡DISPAREN A LA CABEZA! ¡Ah, pero aclaro! ¡No literalmente! ¿Eh?

Discurso poco ortodoxo, pero ninguno más podría ser tan apropiado para una escuela como esa; a su modo, resultó conmovedor.

Y tras la ceremonia de graduación, con birretes y togas encima todavía, Allyson, Jake y Sarah echaron un vistazo más antes de partir de Hopewell High.

—La comida era mala —la pelirroja comentó—. Claro, si es que había en primer lugar.

—Los maestros estaban tan interesados en enseñar como nosotros de aprender —Jake agregó.

—Las plagas causadas por la fauna nociva se salían de control y cobraban la vida de uno o dos estudiantes cada año —Sarah añadió a su vez.

—Las instalaciones...a veces creí que el techo se iba a caer.

—Nuestros libros de historia aún hablaban de la posibilidad de guerra con la Alemania nazi.

—Y esos cochinos profesores siempre se la pasaban propasándose con una, ¡sólo para no llamar a la mañana siguiente! ¡Por Hashem! ¡Como me repatea que me hagan eso!

Y los tres prosiguieron recordando todo eso que odiaban, despreciaban o les provocaba repulsión del colegio de Hopewell High, y la lista no era corta; durante mucho tiempo habían soñado con ese día. ¡Ya no tener que regresar ni un día más ahí! ¡Ya no tener que tratar con esos tarados que tenían por maestros y esos aún más tarados que tenían de compañeros de clase!

Pero no podían sonreír; los saltos de alegría y jubilo con el que pensaron que se despedirían no eran realidad. Por un lado, el hecho de haber sido liberados de esa prisión de adolescentes les quitaba el peso de un mundo del encima, pero por otro, el pensar que todo lo que conocían se estaba alejando, y que en breve se adentrarían a rutas y caminos desconocidos parecía colocarles el peso de otro mundo sobre los hombros.

El Club De Hopewell: La Tercera Es La VencidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora