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Capítulo 4: Miami

Dedicado a xIlysmMyRossx ♡♡♡

Desperté por los maravillosos rayos del sol que traspasaban la ventana y llegaban a mi bello rostro.

¿Bello? Bello mis chanclas.
Cállate.
Ok Ross, pero ya sabes lo que dijo la psicóloga. "No te engañes a ti mismo".
Te callas ahora o te callas ahora.
Uh, se enojó.
CÁLLATE AHORA.
Sí, jefe...

Como decía, desperté mirando el techo y giré mi cabeza para ver mi maquillaje tirado en la mesa de noche. Aguarden... ¿Qué maquillaje?

Wow Ross ¿Cuándo ibas a confesart...?
Te juro que si terminas la frase no vives.
Ya, ya.

Me giré extrañado y vi a mi mejor amiga durmiendo plácidamente a mi lado. Fue ahí cuando me percaté de que mi brazo estaba envolviendo su cintura. A mi memoria llegaron recuerdos de la noche anterior y en mi rostro se formó una estúpida sonrisa, la cual borré rápidamente cuando me di cuenta que era de Laura de quien hablábamos. Me puse a pensar...

Wow. ¿Tu piensas?
Te ignoraré.
Okey...
Dije que te ignoraré.
Ya hazlo.
Cállate.

Como decía, ella estaba tan tranquila, que me pegaba la sensación. Parecía un bonito arbusto.

Woww, los que inventaron el romance te preguntaron a ti primero.
CÁLLATE.
Okey, ya.

En una palabra se veía hermosa. Grabé cada centímetro de su rostro. Sus bellas pestañas acariciaban sus bonitos pómulos. Su desordenado cabello sobre sus rosadas mejillas, y sus rojos labios curvándose en una linda sonrisa matutina. Talvez soñaba algo bonito. Sin duda mi mejor amiga era muy atractiva. De pronto escuché su risita. Oh, creo que se dió cuenta de que la estaba mirando.

-¿Sabes? Creo que una foto durará más.

-¿Qué?- alargué haciéndome el desentendido, aunque creo que mis mejillas se tornaron de un rosado tono, a lo que ella respondió con una gran carcajada.

-Buenos días, Ross- me miró fijamente a los ojos para luego besar mi mejilla.

-Hola- sonreí.

-¿Qué hora es?

-Las 7:00 AM...

Ella gruñó.

-Mmm- soltó con pereza- Hay que levantarse.

-No, no quiero...

Refunfuñé como un enano gruñón y me dispuse a torturar a Laura con una pequeña sesión de cosquillas. En otro momento me hubiera golpeado, pero al parecer despertó de buen humor, así que solo se puso a patalear mientras no dejaba de reir. Su risa invadió mis oídos, contagiandome. Aunque a veces peleáramos, adoraba a mi mejor amiga. Mi pitufina, mi hobbit.

-Ross, basta... no puedo... parar de reír...- habló entrecortadamente.

No sé como de repente se cambiaron los papeles y ella se sentó a horcajadas sobre mi, haciéndome cosquillas. Ninguno paraba de reír. De pronto Laura cayó rendida de la risa, sobre mi pecho. Cuando nos calmamos y dejamos de reír, Laura levantó la cabeza, quedando a centímetros de distancia. Solo nos miramos, nadie intentó nada, solo bastaba con su par de ojos chocolate, sobre los míos.

Un chillón alarido nos sacó del trance. Ambos dimos un pequeño saltito. ¡RING, RING!

-El... timbre- soltamos al unísono. Ella se bajó de encima y se levantó. Antes de salir por la puerta me dedicó una tierna sonrisa. Yo la imíte, con una idiota curva.