Capítulo 35: Confesión

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Sin mi hobbit no quedaban más que sábanas frías... Ñee, tenía a Rocky "durmiendo" encima mío, pero seguía despierto, hablándome de lo dulce y linda que era Charlotte...

Por fin amaneció.

-Y por eso debería comprarle el unicornio rosado, Ross, ¿entiendes lo compleja que es mi vida?- preguntó con un tono de autocompasión.

-Sí...- pronuncié como pude, ya que mi bello rostro estaba aplastado entre la colcha y la nuca del castaño

¿Bello? Lynch, por favor...
Soy hermoso.
Para tu mamá solamente.
Y para Laura.
Supéralo... Está contigo por pena.
Eso no es cierto, simplemente estás celoso de que nuestra relación va viento en popa...
Mmm, Rossy, te llaman del siglo pasado, quieren que le devuelvas su frase...
¡Madura, inútil!
Eso es para frutas, rubio.
Roxx, sale de ahí, nadie te soporta.
Mi mamá si...

Después de lograr empujar a la mariposa castaña de mi espalda, bajé a desayunar.

En la cocina, Rydel, Savannah, Vanessa, Charlotte y la chica más hermosa del mundo, preparaban panqueques, cuyo olor penetraba mis fosas nasales, transportándome al paraíso.

Sigilosamente me acerqué y bloqueé la vista de Laura, posando mis palmas en sus párpados.

-Hola, chica amorosa...- susurre en su oído, besando su suave mejilla.

-Hola, oxigenado- se giró, haciéndome bajar mis manos a su espalda, ella subió la suyas a mi cuello y sonrió.

-Mala... Yo vengo con apodos tiernos y tu me dices...

-La verdad- me interrumpió, sonriente, para después besar mi nariz.

-Mmm, chicos, huele a quemado- habló una confundida Charlotte.
Miré para todos lados, hasta que mis ojos se estancaron en las pequeñas llamas que envolvían la sartén. Sin pensarlo dos veces, me adelanté por sobre todos, como el valiente caballero que soy y... Nah, salté sobre Laura.

-¡Ash nena...!- chilló Rydel, tomando el extintor y apagando el incendio. Sí, teníamos uno de esos, no era la primera vez que pasaba.

-Uff, creí que moriría...- solté aún con el corazón acelerado.

-Si no te bajas mis extremidades morirán, florecita...- dijo la castaña en un hilo de voz. Giré mi vista y todos me observaban, riendo.

-Oh...- exclamé apenado, dejando la cómoda posición nupcial... solo que yo era la novia.

-Gracias- dijo Laura, estirándose.

-Ross, hermanita, contrólate por favor- se burló Ryland.

-¡Soy hombre!- grité molesto.

Todos soltaron una estruendosa carcajada, y así se terminó de hundir mi hombría.

¡Já! No se hunde lo inexistente.
¿Qué hice para que me tocara una conciencia tan mala?
Ser tu.
¡Te largas!
Ya, ya, pero oye, hay una araña en tu hombro...
¡¿Qué?!

-¡AAA!- grité mientras daba vueltas, buscando a la bendita criatura.

-¿Ahora que tienes?- rió Rocky.

-¿No había ninguna araña, verdad?- bufé.

Te odio, Roxx.
Yo más, Ross.

Después de todo, tuvimos que desayunar avena... Sí, avena ya que se quemó la masa para panqueques.

New feelings  ||Raura|| #RauraAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora