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Capítulo 7: Besos inocentes

Un día, faltaba solamente un día para el viaje. Era un jueves nublado, hacía bastante frío y los vidrios de mi habitación estaban congelados. Giré mi cabeza para ver la hora, 9:34 AM, todavía no me levantaría, era temprano y no tenía clases. Cerré mis ojos intentando dormir un poco más, pero un delicioso aroma a hierbas mezclado con un toque de frutilla me quitaba el sueño. Fue allí cuando me percaté de que mi brazo rodeaba una pequeña anatomía, me giré y la ví. Tenía su cabeza en mi pecho y su brazo rodeaba mi abdomen. Una pequeña sonrisa iluminaba su pálido rostro. Sonreí inconscientemente esperando ser la causa de esa hermosa curva que adornaba su cara. Laura me había dicho que la despertara temprano y me decidí por hacerle caso.

-Despierta- susurré en su oido, acariciándole la mejilla- Mañana nos vamos, Laura- proseguí, pero como no funcionó, me puse a repartir besos por toda su cara. Por supuesto exceptuando su boquita. Empecé a escuchar risitas.

-Ross...- alargó riendo.

-Buenos días.

Suspiré y la miré directamente- ¿Recuerdas que así te despertaba en las pijamadas en mi casa en Colorado?- su risa volvió a inundar mis oídos.

-Sí- dijo mirando la pared- Recuerdo que Ryland nos molestaba- yo reí- Los extraño mucho- su tono tenía un deje de tristeza, por lo que la apegué más a mi.

-Yo también, pero no pienses en eso ahora, mañana estaremos en Miami y será la mejor semana- sonreí animándola.

-Sí- alargó feliz y me abrazó más. Sentí una presión en el pecho, mientras una nerviosa sonrisa se expandía en mi rostro. No quería que me soltara. Necesitaba aclarar las cosas y tenía una idea.

-¿Sabes algo raro?- dije impaciente.

-¿Qué cosa?- preguntó intrigada. Tomé coraje y me atreví a hablar.

-Miles de millones de mejores amigos han compartido besos inocentes- Laura abrió los ojos como platos y mis nervios aumentaron. Talvez fui un poco directo- Y nosotros no, nunca.

-Bueno, no sé...- respondió tímida mientras se rascaba una ceja... Pero después se puso a reir- A ver... ¿Qué estas insinuando florecita?- respondió acercándose a mi cara. Mi ritmo cardíaco se aceleró.

-Emm... no sé, solo era un...¿dato?

-Mmm, que pena- susurró aún más cerca- Yo quería darle el beso de buenos días a mi "novio"- elevó una ceja. Puse cara de extrañado. ¿Novio? MI Laura tenía novio y no me había contado.

Existe en el mundo gente idiota... y tú.
¿Ahora que quieres?
Su "novio" es el tarado más grande que ha pisado el planeta tierra.
Losé, ¿Quién será?
Te daré una pista... Es feo.
¿Lo conoces?
*Se golpea la cara con frustración*.
¿Qué?
¡TÚ, INUTIL! No recuerdas el juego de ayer...
Ahhhhh.
Ahhhhh *nótese el sarcasmo *.
Ya cállate
Adiós tarad...
¡FUERA!
Ya, ya.

Quité mi cara de extrañado y me llené de valor.

-¿Y en que topamos?

Posé mis manos en su cintura y me acerqué a su rostro. Okey, ahora las cosas cambiaron. La graciosa Laura cambió por una tímida y eso me lo demostraba su mirada, que grababa todo mi rostro. Y el Ross confiado fue sustituido por un chico asustadizo y ansioso. Mi rostro estaba a escasos centímetros del suyo y nuestras respiraciones se mezclaban. La punta de mi nariz chocaba con la respingada suya. Bajé mis ojos a su boca, que se encontraba entreabierta, y fijé mi vista en sus rojos labios, que me llamaban. Estaba a punto de cerrar la distancia entre nosotros...