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Capítulo 39: ¿Y mi beso?

El movimiento del hombro en el que plácidamente descansaba me trajo de nuevo a la realidad. De manera lenta abrí mis ojos, seguíamos en la fogata y ante mí una de las nuevas peleas de "Roschen" era llevada a cabo.

Ay, no...

-¡Ya te dije que es mío!- gritaba la anciana.

-¡¡Lo vi primero!!- gruñó el rubio mientras jalaba del último malvavisco. Parece que me quedé dormida, ya que los únicos allí éramos Ross, Gretchen y yo.

-Mmm...- murmuré adormilada- Dejen de pelear por favor...

Pedí harta. Los dos me observaron avergonzados, para después girar sus rostros y mirarse, con destellos de furia desde ambos pares de ojos. Negué con la con la cabeza para después besar la mejilla de Gret, miré a Ross, que tenía la boca contraída, haciendo una especie de cara de pato. Reí, sabiendo a lo que se refería.

-¿Tragaste limón o qué?- solté en una burla. Me mostró su peor cara de trasero. Sonreí para tomar su mano y estrecharla- Buenas noches, Ross- hablé con un tono formal colándose por mis labios.

Gret rió. Me solté de su lejano agarre y entré a la cabaña, para rápidamente correr escaleras arriba. Cepillé mis dientes y me empijamé, para después ir a mi habitación, donde un feo rubio me observaba desde la cama.

¿Feo? Ni tu te lo crees.
Lo sé...

Sonreí mientras tomaba impulso, hasta saltar y caer sobre él. Reímos mientras sus manos se posaban en mi cintura.

-Hola, estorbo...- besé su mejilla.

-Hola, estorbito.

Me hizo rodar, quedando él sobre mí.

-¿Sabe lo mucho que adoro estos momentos contigo?

-Mmm, solo sé lo mucho que yo lo hago.

Le sonreí. Seguimos hablando de cualquier estupidez, jugando, yo molestándolo y riendo a más no poder, hasta que repentinamente su tono de voz pasó de divertido a nervioso.

-Lau, ¿tu confías en mí?- preguntó con la voz más suave que le he escuchado.

-Mas que en nadie.

-Okey...- suspiró- Necesito que me digas la verdad.

Sentenció.

Fruncí el ceño.

-¿De qué me estas ha...?- no me dejó terminar.

-De Cody.

Tragué grueso.

-Ross, ya te dije todo sobre lo que pasó- le di un pequeño empujoncito, quitándolo de encima y me giré, dándole la espalda.
Soltó aire retenido, mientras yo enrojecía mi labio inferior, capturado entre mis dientes.

-Laura...- posó su mano en mi cadera, para tirar de ella, dejándome de espaldas al colchón y con una perfecta y directa visión de sus intrigados ojos mieles.

-¿Por qué crees que te oculté algo sobre eso?- fruncí el ceño, mientras intentaba descifrar su repentina actitud misteriosa.

-Porque...- retiró un mechón de pelo que jugaba en mi rostro, colocándolo atrás de mi oreja- Nadie se pone así de asustada cuando ve a su ex. Aunque la haga engañado. Tu no sientes rabia o nervios cuando estás con él. Sientes miedo, Lau...- me miró profundamente.

-Prométeme que no harás nada estúpido- pedí en un susurro.

La tenue luz de la mesita de noche me permitía ver su expectante expresión.