Capítulo 24: Déjamelo a mí

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Dedicado a: maris0101

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¡Por dios! Esta chica es tan impredecible... Me encanta. Comencé a seguirle el beso, dejando mis manos en su cintura. Ella posó sus antebrazos en mis hombros, formando un lindo abrazo, acorde a nuestra hermosa unión. Nuestros labios se movían al compás de las hojas y ramas chocando por la acción del viento. Sentía como el cabello de Laura era elevado por la suave brisa, mientras que a mi rubia cabellera, simplemente se movía un poco. La castaña comenzó a acariciar mi nuca, y lentamente, a delinear con su lengua mis labios, pidiendo entrada. Esta chica es lo mejor, prácticamente me leyó el pensamiento, estaba a punto de hacer lo mismo... Gustoso acepté y nuestros miembros bucales se encontraron, desatando un baile ancestral, mágico. Comencé a acariciar suavemente su pequeña cintura, haciendo que se estremeciera. Dejé mis manos en sus caderas, y con un suave pero pasional empujón, la apegué más a mi cuerpo. Sus manos viajaban por mis brazos, acariciándolos. Conforme el tiempo pasaba, la mágica danza que bailaban nuestras lenguas, se iba convirtiendo en una pasional batalla, cada vez más desesperada. Al parecer ninguno se rendiría...

Bajé mi mano derecha a su muslo, y lo elevé, dejándolo en mi cadera, pareció como si no le molestara, por lo que comencé a dar suaves caricias a su pierna, haciendo que ella se intente apegar más a mí. Esto era tan mágico, tan hermoso, necesitaba probar este majar de los dioses, este hermoso angelito, con sus labios de miel, me dejaban sin palabras cada vez que los tocaba. Era una especie de anestesia, me borra la cordura, pero al mismo tiempo me da tanta paz, altera mis sentidos, produciendo sensaciones hermosas, paradisíacas, mágicas... Nuevas. Ya se que ya nos hemos besado varias veces, pero cada vez que pasa, se despierta algo nuevo en mí.

Nos separamos lentamente por falta de aire. Laura posó su achocolatada mirada en la mía. Sus ojos brillaban de una manera especial, su piel parecía la de una muñeca de porcelana, en la luz de luna sobresalían sus rosadas mejillas, igual de hermosas que siempre. La única luz que había era la de la luna, las estrellas, y para mí, la luminosidad más bella de toda era la de esos diamantes que Lau llama ojos. Sonreí embobado... Tan perfecta.

-Ross... No sé que me pasa... Es solo que...- ahora yo la interrumpí, presionando mis labios contra los suyos. De su boca salió una pequeña risita, y después me siguió. Lento, dulce, suave, mágico, eran pocas palabras para describir esta nueva unión. La falta de aire se hizo presente, por lo que lentamente nos separamos. Laura me miró y se sonrojó- ¿Tienes frío?- acaricié su mejilla.

-Nop- sonrió- Para nada- se acercó a una peligrosa distancia, y cuando estaba a punto de estrellar sus labios contra los míos, saltó, hundiéndose en agua.

-¡Oye!- me quejé divertido y salté con ella. Estuvimos jugando unos 20 minutos más hasta que la temperatura bajó notablemente, por lo que decidimos salir.

-Eso fue genial- dijo la castaña estrujando su pelo, eliminando el exceso de agua.

-Sí, te dije que te divertirías- dije sacudiéndome un poco.

-Sí, bueno, al menos me pude divertir un poco contigo en medio de la nada- sonrió burlona. Solo me reí. Nos sentamos a conversar, y una media hora después, el viento había terminado de hacer su trabajo, Laura y yo ya estábamos secos y vestidos nuevamente. Probablemente nos enfermaríamos, pero sinceramente no me importaba. Estaba feliz, muy feliz.

-Lau, ¿dónde dormiremos?- me atreví a preguntar. Ella se rascó una ceja, algo nerviosa.

-Ni idea- se encogió de hombros, comenzó a caminar un poco, adentrándose en un pequeño claro, justo debajo de la gran esfera blanca. La seguí. Era exactamente un circulo rodeado de arboles, iluminado por la luna.

New feelings  ||Raura|| #RauraAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora