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Capítulo 25: Soy tuya

Dedicado a: Mis lector@s fantasma♡

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-¡Rocky! ¡Rocky! ¡Rocky! ¡Rocky! ¡Rocky!- gritaba la multitud mientras el castaño bailaba sobre la mesa. Chicos y chicas bailaban por toda la casa, la música se escuchaba fuertemente, había más o menos una bebida alcohólica por persona, las cuales debían ser unas 200. Ross y yo nos miramos, y apresuramos el paso hasta llegar al círculo que rodeaba al castaño.

-¡Rocky!- grité alargando.

-¡Mark!- soltó Ross de la misma manera que yo.

-¡¡Lynch!!- gritamos al unísono. Rocky nos miró y sonrió.

-Rubio, bloqueador, ¿cómo van? ¿Quieren algo para beber?- preguntó tranquilo.

-No me digas bloqueador- lo miré mal. Giré mi vista, wow, Rockster hizo un buen trabajo, esta fiesta está genial.

-Perdón Lau, bueno, ¿quieren algo?- sonrió.

-¡¿Estás loco?! ¡Nos vamos por un día y haces una fiesta!- gritó Ross.

-Dame un tequila- dije riendo. Ross frunció el ceño y abrió los ojos como platos.

-¡¿Qué?!- soltó- ¿Lo vas a seguir?- se exaltó.

-Cálmate, rubio, mira- señalé el lugar- Buena música, amigos, comida, solo...

-Diviértete- dijimos Rocky y yo al unísono.

-Ash, ¡locos!- dijo algo molesto. Rocky me miró y soltamos una carcajada.

-¡FIESTA!- gritamos nuevamente al mismo tiempo.

Rocky me tomó de la mano y comenzamos a bailar. No podía parar de reir con las cosas que me decía, sin duda el es mi otro hermanito. Fuimos a la barra.

-Un tequila para la señorita y yo quiero una cerveza- habló el castaño.

-Saliendo- habló Cameron, mi compañero de clases que al parecer hacía de barman.

-¿Y tu novio?- me preguntó Rocky. Ladeé mi cabeza y lo imité con una aguza voz.

-Ni idea- negué con la cabeza- Gran fiesta.

-Gracias, lo malo es que Calum y Raini no pudieron venir.

-Sí, lo sé, creo que hoy es su mesversario- reí, Rocky asintió.

-Tequila para la hermosa Laura, y una cerveza para el mejor organizador de fiestas- Rocky hizo una reverencia cuando Cameron nos pasaba los tragos.

-Gracias- sonreí. Estábamos conversando mientras bebíamos. La música estaba a todo volumen, y las personas no hacían más que bailar, reírse y beber. Algunos ya estaban bastante pasados- Rocky no bebas más. Iré a buscar a Ross- hablé cuando habíamos terminado.

Lo último que escuché del castaño fue un "Okey, mami" seguido de una risita. Negué con la cabeza y salí en busca del rubio. Con lo amargado que es supongo que estará arriba. Subí y cuando quedé frente a la puerta de su habitación, proporcioné a esta dos suaves toques. No escuché nada por lo que simplemente entré. Ross estaba de espaldas, desde donde me encontraba podía ver el mango de su guitarra. Solo la toca cuando algo pasó. Cerré la puerta, me acerqué y le tapé los ojos con mis manos.

-¿Quién soy?- susurré en su oído.

-Nosé- dijo con cierto desgano colándose en su boca. Lo solté y me senté a su lado.

-¿Qué pasa?- dije triste por su actitud.

-Nosé, dime tu, ¿por qué no vas y le preguntas a Rocky?- su voz era la de un pequeño de cinco años.