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Capítulo 43: Lo que faltaba

Un golpe seco me trajo devuelta a la realidad. Abrí los ojos, algo acelerada por el ruido, y mi vista se encontró con un bulto en el piso.

-¡Levántate, inútil!- le tiré un cojín.

-Laura...- murmuró mientras su mejilla seguía adherida al la madera- ¿Ya nacieron los dieciocho hijos y medio?

Solté una estruendosa carcajada.

-Sí, rubio, Rocky los está cuidando...- bromeé.

-¡¿Qué?!- se levantó de golpe mientras se tomaba la cabeza entre las manos. Sonreí levemente.

-¡Ross!- tomé su mano e hice que cayera, sentándose en mis piernas- Eres un ridículo, Shor.

Él suspiró divertido y posó una mano en mi mejilla.

-¿Sabes? Sería divertido tener a una mini Lau- besó mi frente.

-Tu querías dieciocho hijos... talvez diecinueve, ya no sé. Eso dijiste ayer- reí recordando su primera borrachera.

-¿Dieciocho? ¿Tan poco?

Elevó una ceja en un gesto chorreante de picardía, por lo que golpeé su pecho. Él me tomó por la cintura y depositó un casto beso en mi frente.

-¿Bajemos?

-Bajemos.

El resto del día fue ver peleas de Rydel con Riker, reclamos por parte de Stormie por escuchar al rubio gritar a las cinco de la mañana, zancadillas de Gret a Ross... Ya saben, lo típico.

**********

-¿Tan pronto?- preguntó Stormie, posando sus manos en su cintura.

-Han pasado casi dos semanas, lo siento enserio- bajé la cabeza- Pero si no nos echarán de Marino...- solté una leve carcajada.

-Está bien, pequeña. Los entiendo, por cierto, Gretchen se irá en unas semanas más- bebió un sorbo de su café y volvió la vista al televisor.

-Gracias, suegra y está bien, supongo que nos veremos en L.A.- recosté mi cabeza en su hombro, mientras la rubia señora reía y ambas volvíamos a ver la película.

Media hora más tarde, y cuando "Percy Jackson" había terminado, sonó el timbre.

-Yo no...- dijimos Stormie y yo al unísono, mientras un rubio con peinado emo salía del cuarto de juegos, riendo por nuestra flojera.

-¡Ya voy!- Riker chilló.

-¡Córtate el cabello!- volvimos a hablar al mismo tiempo. El Lynch mayor solo rió y abrió la puerta.

-Hola, oh...- la voz del chico sonaba algo incómoda y podía percibir la tensión adentrándose a la casa.

Giré reincorporándome en el sofá y fijé mi vista en la puerta, una chica de largo y liso cabello rubio se adentraba en la casa. Era muy bella, con unos grandes ojos verdes y fino rostro.

-Tantos meses, Riker...- su aguda voz provocó una pequeña mueca por parte de Stormie.

La adolescente caminó por la pequeña entrada, justo cuando Ross aparecía con una gran fuente de palomitas de maíz recién hechas, se sentó a mi lado, entrelazando nuestras manos.

-Emm, Rebecca... Yo debía llamarte...- ella lo interrumpió.

-¡Hace cinco meses!- ese timbre que poseía lograba que mis oídos lloraran.

-Eh, sí, sí, lo sé. Es solo que... se me rompió el teléfono y bueno, no pude comunicarme contigo- intentó sonar creíble.

Stormie le quitó el bowl con pop corn a mi novio, tomándolo y comenzando a comer mientras observaba la escena. Parecía bastante divertida. Reí y apoyé mi espalda en el pecho del rubio, mirando también a los dos chicos.