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Capítulo 38: Todo de tí.

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-¡AAAAA!- gritaba mientras me abrazaba a la horrenda criatura. Al mirar mis pies colgando, a bastantes metros del suelo, la ansiedad y el terror en mi cuerpo aumentaban sus niveles.

-¡Tranquilo!- desde abajo, la voz de mi hermosa castaña me tranquilizaba.

Resulta que a Ross "Mala Suerte" Lynch, le tocó subirse con Gretchen a la rueda de la fortuna, en el parque de diversiones al que fuimos... Y sí, como el destino quiere que "Roschen" sea real, me dejó atorado con ella, en la cima del hermoso juego mecánico...

-¡Florecita, quédate quieto, por el amor al tiramisú! ¡Mientras más sacudes esa bola de grasa a la que llamas cuerpo, más se mueve esta estúpida cosa!- chilló la vieja loca.

-¡Okey, okey! Pero no me sueltes...- lloriqueé, aferrándome a su brazo. Ella, como la dulce y tierna anciana que es, pasó su mano por mis hombros y dio palmaditas... Fuertes palmaditas. En resumen, me golpeó. La miré con mi mejor cara de perrito...

-¡Ash! Está bien, está bien...- me apegó a su cuerpo y acarició la totalidad de mi brazo, en un protector gesto.

-Gracias...- susurré algo más calmado, aspirando su aroma a menta.

-Sí, sí... Como sea, nenita...- sip, y allí volvió mi ancianita.

Nunca tuve mucho contacto con mis abuelos, y aunque sea una "tía-abuela" esto me gustaba.

¡¿QUÉ ACABO DE DECIR?!

Ñe, se que esta pasita me ama en el fondo.

Después de tres horas de cantar "Un elefante se balanceaba...", jugar unas buenas guerras de pulgares (en las que mi dedito salió dañado), intentar sacar información a Gretchen sobre esa conversación que escuché, no conseguir nada mas que un golpe por parte de la abuelita y escuchar las quejas de la señora, la tan ansiada grúa llegó a la feria. Primero bajó a Gret, seguido de mi sensual cuerpo.

¡Haha!
Shut up.
Oh, so... You wanna talk in english...
Yeah, yeah.
I hate you.
Aww, hate you too.

Luego de esa extraña discusión conmigo mismo, en inglés, mis pies ya estaban devuelta en el suelo, mis manos en una pequeña anatomía y mis labios sobre su delirante boca.

-Te extrañé- susurré sobre su rostro.

-Yo más...- besó mi nariz.

Gretchen hizo una mueca.

-Gracias por cuidármelo, Gret- la castaña le guiñó un ojo a mi tías-abuela.

Tía-abuela... Que raro decirle "familiar" a esa loca.

-Como sea... Grita más que Rocky la vez que se le apareció un pez vivo en el caldo de mariscos...- rió ella.

Aguarden...

-Hablando de tu y Rocky...- alargué- ¿Por qué cuando se vieron en Los Ángeles no se reconocieron?

Ese día se hablaron como desconocidos...Y se supone que la vieja llegó de Europa hace dos años, cuando mi hermano aún vivía con mis padres.

-La vez que tuve la suerte de ver a tu familia sin tí, Rocky no estaba. Además los ví muy poco... Después de Europa, pasé dos meses en Colorado... Luego me fui a el Reino Unido y más tarde a California, donde tuve la dicha de conocerte- sonrió falsamente.

-Sip, yo no sabía que Gret era de nuestra familia- llegó mi mariposa castaña, tomando a la anciana por los hombros.

-Ah...- asentí- Que pequeño es el mundo.