Capítulo 17: ¿Qué nos hicimos?

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Me desperté por la voz de Timón y Pumba, tengo que cambiar ese tono de llamada... Saqué una mano de debajo de las mantas, tomé mi móvil y contesté.

Llamada telefónica:

-¡¿QUÉ?!- pregunté de la mejor forma que alguien contestaría un sábado a las 8:30 A.M.

-Uy, tranquila hija, solo llamaba para saber como estabas- dijo mi madre riéndose. ¡Era mi mamá!

-¡Mamá! Hola, ¿Cómo están?- pregunté restregándome un ojo.

-Bien, hija, ¿Y ustedes?- dijo feliz.

-Bien, gracias.

-¿Cómo van las clases?- preguntó emocionada.

-Agh, difíciles- ella rió.

-Lo suponía- yo reí- Oye, ¿Cómo está Ross?- me tensé cuando nombró a mi ¿Amigo?

-Emm, bien, tiene varicela- dije riendo.

-¿Enserio? Wow, pobre de mi osito- respondió ella. Mi mamá ama a Ross, es como el hijo que nunca tuvo. En realidad, ama a todos los Lynch, somos como una gran familia... Y por eso no puedo... Ya saben.

-Sí, pero ya está mejor, toma medicamentos y su pediatra dijo que estaría bien en unos días- comenté.

-¿Pediatra? Hija, Ross tiene 19, ya no puede ir al doctor de niños- dijo riendo.

-¿Y crees que no lo sé? Tuve que engañarlo para que fuera, y sabía que si lo llevaba al doctor de adultos escaparía apenas llegáramos- ella soltó una carcajada- No te rías, ¿Sabes lo difícil que fue hacer que lo atendieran allí?- dije riendo.

-Bueno, bueno, ¿Y ya son novios?- soltó de pronto. Otra cosa de la amistad Lynch-Marano, todos allí quieren que seamos novios, pero nadie piensa que pasaría si terminamos.

-Madre... Somos amigos... AMIGOS- respondí algo nerviosa y ella volvió a reir.

-Me tengo que ir, cariño, pero dale saludos de mi parte.

-Okey, saluda de nuestra parte a todos allá- dije levantándome de la cama y poniéndome mis pantuflas.

-Está bien, te amo, adiós- dijo dulcemente.

-Yo también, bye- y con eso finalicé la llamada, dejé mi celular en la cama y bajé a prepararme un té.

Al llegar a la cocina, estaba completamente vacía, y claro, eran las 8:45. Preparé mi té, y me senté en el sofá a ver TV. A los cinco minutos una cabellera rubia se asomó por las escaleras. Se me acercó y besó mi cabeza para después sentarse a mi lado. Sonreí.

-Hola, bonita- dijo feliz, me sonrojé por eso.

-Hola, Rossy- bajé la cabeza pero a los segundos sentí su mano en mi mentón. Elevó mi cabeza hasta que nuestros ojos se encontraran. Sonrió- Me encanta cuando te sonrojas- sonrió.

-Ross- alargué quejándome, detesto sonrojarme.

-Laura- saco su mano de ahí y la posó encima de la mía, que descansaba en el sofá- Es hora de hablar- dijo y yo cerré mis ojos, se me acaba de ocurrir algo.

-Esta bi...- me paré- ¡A que no me atrapas!- y salí corriendo escaleras arriba. Corrí por todo el departamento hasta que llegué al ropero del pasillo, entre allí y me encerré con la llave. Era uno grande amplio, y prácticamente vacío, ya que cada quien tenia su ropa en su cuarto. A los pocos segundos escuché unos pasos rápidos.

-¿Pulguita... Dónde estás?- preguntó con voz divertida. Estaba tranquila ya que los pasos dejaron de oírse. Abrí la puerta para salir, pensando que el rubio ya se había alejado, pero lo único que conseguí fue que la figura de Ross me empujó despacio tomándome de los hombros, y metiéndome de nuevo. Yo reía y el me seguía. Tomó la llave de mis manos y cerró.

New feelings  ||Raura|| #RauraAwardsWhere stories live. Discover now