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Capítulo 32: Porque te amo.

Dedicado a: TaniaAg7

-¡Oh por dios!- el sonido de la voz de papá me sacó del mundo de los sueños. Abrí mis ojos y ante mi la figura de un divertido Mark Lynch nos observaba. Laura despertó, soñolienta. Mi cuerpo se tensó.

-¿Rossy, que pasa?- preguntó elevando su cabecita. Recién allí me di cuenta de que estaba acurrucada en mi pecho, la tenía abrazada.

-Sí, Rossy, ¿que pasó?- dijo sarcástico. Laura se giró y apenas vio a papá, el color subió a sus mejillas.

-Tía Mark- rió nerviosa. Acaricié tranquilizadoramente su hombro, aunque en el fondo, yo estaba igual de asustado que ella. Papá me miró mal, cerró la puerta con seguro y se sentó en la cama.

-Chicos, tienen que ser mas cuidadosos- dijo divertido.

-Pero si cerré con seguro- dije obvio.

-Ross, toqué mínimo unas diez veces la puerta y me asusté, no abrías- habló él- Por lo que busqué la llave de repuesto- negó con la cabeza, desaprobadoramente.

-Lo siento- dijimos al unísono. Por debajo de las mantas que cubrían nuestros cuerpos, la castaña tomó mi mano, nerviosa. Él rió.

-Lamento ser yo el que les pregunte esto pero, ¿se están cuidando?- elevó una ceja. Okey, ahora sí nuestros rostros se encontraban varios tonos mas arriba del color normal.

-¡Papá!- lo fulminé con la mirada.

-¡Chicos, debo saber! ¡Soy muy joven para ser abuelo! Aunque un pequeño Lynch sería lind...- interrumpí la risa que se aproximaba de su boca.

-¡Fuera!- le señalé la puerta- Después hablamos- gruñí. Mi maravilloso padre se paró, nos movió las cejas pícaramente y salió, cerrando la puerta tras de si. Suspiramos.

-Wow... Eso fue...- hablé.

-Horriblemente vergonzoso- escondió la cabeza en el hueco de mi cuello. Reí, la envolví aún más con mis brazos y besé su hombro.

-Tranquila, pequeña- suspiré. Ella depositó un beso en mi clavícula, que me hizo estremecer.

-Mmm, me encanta tu aroma- se separó un poco, mirándome.

-Y a mi el tuyo- besé la punta de su nariz.

-Hay que levantarse- hizo un puchero. Se separó, pasó sobre mí y saltó de la cama. La observé y allí me di cuenta de porque mi padre estaba así de preocupado. Claro que él creía que entre nosotros ya ha pasado algo. También fue cuando noté que yo estaba en sus mismas condiciones...

-Lau...- se giró, esperando mi hablar.

-Creo que deberías ponerte algo- frunció el ceño y me miró, extrañada. Me mordí el labio inferior, viéndola. Ella era tan tierna, pero a la vez era la criatura más sexy que podría existir. Bajó su cabeza y se sonrojó, dándose cuanta de lo que pasaba. A la velocidad de la luz se colocó su blusa de pijama, yo reí, por lo que la castaña me golpeó el pecho.

-Eres un pervertido...- rió.

-Soy tu pervertido y... Oh vamos- reí- Ni siquiera soy pervertido. Simplemente observaba a mi hermosa novia- Lau se sonrojó y me besó.

-Voy a mi cuarto, por el balcón, me doy una ducha y vengo- ahora yo la besé. Ella se separó y bajó su vista a mi desnudo abdomen.

-¡Hey! Pervertida...- me burlé.

-No soy pervertida- se paró- Estaba observando a mi jodidamente sexy novio- rió y salió. Suspiré. Es tan perfecta.

Después de todo, me duché y vestí. Bajé a la sala de estar, en donde Ryland veía un película con su novia. Los saludé y seguí mi camino. En la cocina papá estaba sentado bebiendo un café. Cuando me vio, hizo una mueca divertida, por lo que yo lo miré mal. Mamá cocinaba algo.