Beelzeboss

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VI


Rigby: ¡¡Ah!! ¡¿Qué... qué sucede?!

Mordecai: Velo por ti mismo. *asustado*

Rigby se enderezó, pesadamente; aún tenía los efectos del sueño. Miró por la ventana del parabrisas y se dio con la sorpresa de que la carretera tenía una enorme grieta que se extendía de derecha a izquierda, impidiéndoles el paso. Era difícil divisar el límite de la grieta y la profundidad del corte.

Rigby: No puede ser ¡¿Cómo pasó?!

Mordecai: ¡No lo sé...! Estaba conduciendo y aquí estaba cuando llegamos.

Rigby: Pero... Bueno sólo hay que retroceder y...

Mordecai con un gesto de resignación, señalo hacia atrás con el pulgar para que Rigby viera el motivo del porqué no había dado la vuelta de regreso. Rigby sacó extrañado la cabeza por la ventana. La situación no era mejor en la parte trasera del enorme camión. Había otra inmensa grieta. 

Mordecai había avanzado gran parte del camino al aeropuerto cuando de pronto una enorme grieta apareció frente a ellos. Decidido a dar la vuelta, se topó con otra inmensa grieta; sin ningún ruido, temblor... sin aviso alguno. Mordecai quedó anonadado pero no vio necesario despertar a Rigby. 

Sin embargo, a pesar de los intentos del peli azul por girar y conducir por el largo trayecto de arena a sus costados, la carretera se desmoronaba impidiéndoles el escape y acercándolos peligrosamente a ambos abismos. El peli azul no sabía qué mas hacer y en su desesperación, despertó a Rigby. 

Mordecai: ¿Cómo saldremos de aquí?

Rigby: ¿Y si... llamamos a Papaleta?

Mordecai: ...

Mordecai no entendía cómo no se le había ocurrido, llamar a Papaleta hubiese facilitado un poco las cosas desde un principio... y no tener que despertar a Rigby. No era que no disfrutara de su compañía, el problema, para Mordecai, radicaba en la extraña tensión que Rigby expedía al estar a su lado. Comenzaba a sospechar y aquello lo ponía nervioso o malhumorado.  – Rigby no podría tener... ¿o sí?... nah imposible, ¿Rigby y yo...? – pensó para sí mismo sintiendo escalofríos con la simple idea de que Rigby sintiera algo por él. Sonrió confiado de que su amigo sólo tenía "problemas".

Mordecai: Oh no, no... rayos *volvió a marcar* sin señal.

Rigby: ¿Y ahora qué haremos?

Mordecai: No lo sé, mapache. Ya se nos ocurrirá algo.

El suelo comenzó a temblar, los muchachos se quedaron dentro del camión pero pronto el temblor se hizo aún más fuerte, el suelo se elevó y ambos decidieron salir del camión pero el terror hizo que salieran por puertas distintas. Ambos cayeron sobre la arena mientras la carretera que sostenía el camión se hundió con él, separándolos por completo. No se oyó golpe ni explosión. No era normal.

Mordecai: ¿Estas bien, Rigby?

Rigby: S-sí... ¿Puedes ver algo?

Ambos se apoyaron sobre la arena para ver la profundidad. El camión había desaparecido. Mordecai y Rigby se miraron, pensando en que cada uno debía separarse y caminar sobre la arena que les correspondía. De pronto, algo salió de entre la grieta que los separaba, haciendo de ésta aún más grande. Mordecai y Rigby retrocedieron asustados al ver que se trataba de un monstruo deforme. 

Un demonio, medía poco más de tres metros de altura. Su cuerpo encendido era de un rojo brillante, sólo tenía pelo desde la mitad de su cuerpo para abajo y no tenía piernas comunes, parecía tener pezuñas de cabra. Ambos lo oyeron rugir escalofriantemente. Estaban asustados.

Regular Show - El Descanso de la Monotonía.Where stories live. Discover now