Esencia

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El cuarto de baño estaba a oscuras y, sumergido en la bañera y en sus pensamientos, Mordecai intentaba olvidar el día de hoy... o ayer. Tal vez ambos. Su cuerpo desnudo y empapado no aliviaba aquel ardor que aún lo consumía. Sólo las rodillas y parte del rostro estaban flotando fuera del agua. Sus oídos estaban exentos de todo ruido exterior. No sabía qué lo esperaba al amanecer.

Intentó ir por partes. Primero, Thomas sufría de hipersexualidad; aunque aparentaba muy bien tener todo bajo control – Es demasiado esfuerzo físico – recalcó para sus adentros. Segundo, Margarita. No tenía idea de su paradero actual y la extrañaba demasiado. – Ni siquiera contestó el celular – lamentó y unas lágrimas humedecieron sus ojos. Tercero, aunque muy en el fondo agradecía su ayuda, no toleraba que Jeremy regresara a la ciudad. – Rigby no debe saberlo – Pensó que lo mejor hubiese sido que se quedara en Londres o se fuera lo más pronto posible.

Por último, pero no menos importante, estaba Jared. No había mucho que decir respecto a él. Sin embargo, de sólo pensarlo sintió un segundo nudo en el estómago. Lo imaginaba al lado del nudo que le había causado la presencia de Jeremy. Entre divertido y frustrado, los imagino pateando el interior de su estómago, ambos presumiendo de algo que él no podía comprender. De repente, sintió una mano tibia tocando su mentón. Mordecai abrió los ojos.

Mordecai: ¿Rigby? *adormecido* ¿Qué estás haciendo...?

Rigby: Necesitaba mear y te encontré aquí.

El castaño encendió la luz, percatándose del cuerpo desnudo de su amigo. Quitó la mirada al tiempo y algo avergonzado, se detuvo frente al inodoro dispuesto a mear.

Mordecai: Estaba ocupado... pensando.

Rigby: Creí que... estabas dormido. *molesto* Muchos mueren ahogados en su bañera ¿Sabías?

Mordecai no estaba seguro de sus delirios o paranoia pero por alguna razón presentía que algo en Rigby había cambiado. A diferencia de cómo se encontraba en la mañana, el semblante de su amigo había mejorado considerablemente. En cambio, el suyo empeoraba y se sentía enfermizo en los momentos más frustrantes: enojado y urgido. ¿Por qué él no podía estar tranquilo también? Por un instante, su maliciosa mentalidad, estuvo de acuerdo en que no era justo que él sufriera todo por su cuenta. No luego de todas esas aventuras, haciéndole frente a todo lo que se les avecinaba. Rigby también debía sentirse como él. – Dos contra el sistema – pensó.

Agitó su cabeza violentamente y gotas de agua salpicaron a Rigby quien comenzaba a observarlo muy preocupado. Mordecai levantó la mirada para verlo. Algo en él le hacía pensar que todo estaba en orden, que no todo estaba tan mal como podría imaginarse. – Lo que sea que haya hecho con... *piensa en Jared* Ese estorbo... – Mordecai apartó su mirada de él y se levantó dispuesto a salir de la bañera. Comenzaba a hervirle los malos pensamientos. ¿Qué pudo haber hecho Jared que no pudiese hacer él? Estaba agotado. Quería respuestas y las quería ahora. Pensó que lo mejor sería alejarse de Rigby por el momento. Quería hacerle daño, en serio estaba muy dispuesto a esforzarse por hacerle pasar el peor rato de su vida.

Mordecai: Buenas noches, amigo... Que descanses.

Mordecai palpó su hombro, humedeciendo su playera en esa zona. Rigby lo vio salir del cuarto de baño, húmedo y completamente desnudo. Para su buena suerte, debido a que Mordecai no se encontraba en su habitación cuando llegó, pudo entrar sin problemas y dejar la púa bajo su almohada tal y como Jared le había dicho. Observó las ropas de Mordecai tiradas en el suelo y se inclinó a recogerlas. Su idea de terminar la noche era ir a su habitación una vez dentro de la casa; sin embargo, ver a Mordecai sumergido de esa manera en la bañera, lo había preocupado en extremo. No podía ignorarlo como había planeado hacerlo, tenía que ayudarlo.

Regular Show - El Descanso de la Monotonía.Where stories live. Discover now