Inevitable destino (pt.1)

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*Nota del autor: Estos hechos suceden todavía antes de que Mordecai despertara a las 9:43 de la mañana y fuera a molestar a Rigby al primer piso, en el capitulo anterior* 

Eran cerca de las seis de la mañana cuando Eileen despertó en la habitación de huéspedes y giró el cuello a observar el nublado día que sugería un viernes de lo peor, al otro lado de las cortinas. A diferencia del disturbio de anoche, el profundo y envolvente silencio de la mañana relajó los músculos de su cuerpo y la invitaron al sueño nuevamente. Sin embargo, como todo ciudadano que aún vive sujeto a grilletes enganchados a sus jefes, volvió a abrir los ojos y dio un profundo suspiro en lo que, juraba, aún escuchaba el griterío de sus amigos resonando contra las paredes.

Los agrios recuerdos de la madrugada volvieron a ella con la misma presteza y detonante con la que Fantasmin invadió su hogar y casi derrumba la puerta, cuando dos de sus mejores amigos traicionaron su confianza revolcándose en su habitación. Eileen entrecerró sus decaídos ojos de resentimiento, sintiendo el malestar de una incógnita que no se hizo esperar. ¿Rigby regresó a casa ayer? Tal vez sí, tal vez no ¿Cómo saberlo? Anoche no estuvo en sus cabales para el don de la preocupación, estaba preparada para encarnar sus dientes en la piel de Mordecai. Recordó que le había odiado con sensatez y a Margarita con sumo rencor. ¿Estaba haciendo bien o mal?

Eileen: Cada estupidez suya impone muros a mi benevolencia. ¿Es que no ven cuánto los quiero?

Recostada en su cama rompería a llorar, sentía abandono por dos personas que había admirado antes y que todos sus esfuerzos para salvarlos de sí mismos iban por mal camino. De pronto, la puerta del cuarto de baño se abrió a su lado dejando en libertad un cúmulo de vapor y un aroma suave y limpio en la habitación. No había señal de Fantasmin, ni de Mordecai... Eileen no creía que Margarita pudiera dar la cara hoy y la voz de Musculoso había desaparecido. Se trataba de un ángel apisonando el lateral de la cama con sus rosadas rodillas, acercándose lentamente por encima de su rostro, acariciando sus ruborizadas mejillas con la humedad de sus finos cabellos, que en ese momento se tornaron rosa pastel. "Eileen", sonrió Chloe... y busco besar sus labios.

Eileen: Buenos días...

Chloe: Oí que balbuceabas palabras sin sentido *rozó la punta de sus narices* ¿Te sientes bien?

Eileen: Palabras sin sentido común, quieres decir.

Chloe: Eileen, tus amigos te adoran. Sólo se sienten algo desquiciados. Como tú, cuando buscas impresionarme desesperadamente, temiendo cometer alguna estupidez que me lleve a odiarte.

Un inocente roce de labios sumergió a Eileen en el más excelso júbilo, letal y sin prisa alguna, en lo que Chloe profundizaba la exploración de sus bocas con eminencia. Un sublime sabor a menta que acrecentó vilmente una imperecedera sed en Eileen y revitalizó todas sus fuerzas. Y esa tibia ráfaga que acariciaba las mejillas de Chloe, la respiración profunda y demandante de Eileen ante el desenfreno, indicio de un despertar salvaje por poseer cada rincón de su existencia. Sí... estaba funcionando demasiado bien, pensó Chloe; cuando su espalda rebotó sobre las sábanas, víctima de una fuerza incontrolable de una excitada criatura que la estampaba y devoraba con la mirada.

La suave toalla, que hasta ese momento mortificaba de sobre manera a Eileen por la desgraciada censura en la desnudes de Chloe, cedió en el arrebatado impacto y descubrió uno de los senos de su codiciada presa. Pequeño, pálido y, en exceso, apetecible. Eileen tragó corto, despertando del pecaminoso trance que la llevó a adentrarse entre las piernas de Chloe y frotar sus vientres. Ruborizada por su caliente entusiasmo, Eileen cubrió el encanto desnudo de Chloe y lamentó su inverosímil actitud reposando su frente sobre la suavidad de ese vientre plano que pervirtió.

Regular Show - El Descanso de la Monotonía.Where stories live. Discover now